1. Cata, mi jefa


    Fecha: 26/11/2021, Categorías: Anal Autor: Geronimo68, Fuente: CuentoRelatos

    Las relaciones laborales, debo decirlo, varias veces me acercaron a las relaciones sexuales.
    
    El caso de Cata es otro. Trabajábamos juntos en unas oficinas y ella era mayor. Yo andaba por los 25 y Cata 42. Era una señora de buena figura y vestía sobriamente. Siempre que usaba pantalones, los llevaba solo ceñidos por la cintura y hasta las caderas, cayendo libres desde allí. No le marcaban la cola, pero se adivinaba que era importante. Como con otras y otros compañeros, tenía una buena relación.
    
    El hecho de que ella estuviera algunos escalafones por encima, no impedía que conversáramos. Solía encargarme trabajos o gestiones y eso me llevaba con bastante frecuencia a su oficina. Era amable, conversadora y hasta a veces dicharachera. Sabía que era casada y que tenía algún hijo, menor que yo, que ya había decidido independizarse y vivir apartado del hogar. Por lo que ella y su esposo vivían solos. Nuestras charlas eran más que nada de temas laborales, aunque a veces se entremezclaban cosas de la vida cotidiana.
    
    Un día estaba yo ya almorzando (Disponíamos de una hora para hacerlo y relajarnos antes de continuar con el trabajo). Repito que estaba ya almorzando en el bufete cuando apareció y al ver que no quedaban casi lugares, se acercó a la mesa donde estaba.
    
    -Puedo sentarme contigo?
    
    -Seguro. Con mucho gusto.
    
    -Gracias. Como siempre muy amable tú…!
    
    -Pues lo que corresponde. Espero no haya comentarios en cuanto a que comparte con un subalterno, dije y ...
    ... sonreí…
    
    -Supongo que no…
    
    Seguimos conversando de lo que habíamos hecho en la mañana… lo que nos quedaba por delante… cosas laborales.
    
    Hasta que en un momento dado, dijo:
    
    -Bueno, bueno… ya basta de hablar de trabajo. Cambiemos de tema…
    
    -Como usted quiera…
    
    -Sí, hablemos de otras cosas… no se… digamos… sexo, dijo bajando la voz para no ser oída por los que estaban más cerca.
    
    La verdad me dejó sorprendido. Así que intenté seguirle la corriente como pude.
    
    -Bueno… yo… usted ya es casada, tiene no muchos pero algunos años más y solo por eso seguramente no sé si podría.
    
    -Gracias por lo de “algunos años más”. Son más que algunos pero te agradezco la galantería. Por otra parte el hecho de que seas soltero… no creo te limite. Ja!
    
    -Bueno… siempre algo hay…!
    
    -Pillos. Conozco a los de tu laya que se ponen el personaje de modestos! Ji.ji!
    
    -Para nada. Y repito lo de “algo” hay.
    
    -Te lo acepto!
    
    Seguimos hablando del tema y le conté algunas experiencias, salvo las de índole familiar. Abuela y madre no entraron obviamente en el relato. Sí le hablé de la señora Martha y de la profesora Rebeca sin dar nombres. La mención de estas experiencias con señoras mayores, me percaté, le despertaron interés. Me pidió más detalles y le di algunos. Tampoco era que debiera contarle todo. Acabábamos de entrar en el tema pero no por eso podía considerarla confidente. Y por supuesto le pedí que ella por su parte me contara algo.
    
    -Bueno… mi primera vez fue con un novio anterior a ...
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