La putita de don Julio (Parte 2)
Fecha: 30/11/2021,
Categorías:
Transexuales
Autor: adriianaa, Fuente: CuentoRelatos
... tomando cerveza. Me sentí nerviosa al verme en esa situación pero el vino que me había tomado y mi excitación hicieron que lo olvidara rápidamente. Respiré profundamente y me dije “eres una putita y esta noche por fin aceptarás que siempre lo has sido, que lo sepa todo el mundo”, y caminé haciendo sonar mis tacones sobre el asfalto. Sentía las miradas a cada paso que daba, escuchaba chiflidos y cómo me gritaban piropos y obscenidades, lo que me hacía sentir que en verdad había hecho un buen trabajo. Algunos coches se me acercaron a preguntarme cuánto cobraba por mis servicios, pero solo les sonreía y les decía que ya estaba ocupada, por el momento no podía aceptar si eso significaba dejar esperando a mi macho. Pronto llegué al parque y me senté en la misma banca que el día anterior, encendí un cigarro y esperé pacientemente a Don Julio. Casi terminaba de fumar cuando él llego, se sentó a mi lado y me clavó su mirada.
- “Hola Adriana, qué rica te ves hoy, nunca habías usado algo tan atrevido” me decía mientras su mano acariciaba mis piernas. “¿Me modelarías un poco para verte mejor?”
Me levanté y empecé a modelarle, caminando frente a él iba y venía, moviendo las caderas, levantando las nalgas, subiendo un poco mi falda para mostrarle mi trasero. Cada que pasaba frente a él le mandaba un beso o me lamía un dedo, guiñándole un ojo. Para las otras tres personas que se encontraban en el parque (3 hombre ya muy maduros paseando a sus perros) el espectáculo debió ser ...
... impresionante.
- “Muy bien Adriana, eres toda una putita y estás deliciosa. Ven, acompáñame.” Don Julio se levantó, me tomó por la cintura, y abrazándome caminamos hacia el edificio donde trabajaba.
Entramos a la caseta de vigilancia y había una pequeña puerta, la abrió y me hizo pasar, era un pequeño cuarto donde solo había un sofá cama, un pequeño refrigerador, microondas, cafetera, y un pequeño televisor, tenía un sanitario separado solamente por una cortina. El lugar estaba sucio, descuidado, oliendo a café, cigarro y sudor, y eso en cierta forma me excitaba. Don Julio cerró la puerta tras él, se acercó por detrás de mí y me abrazó, clavando en mis nalgas su pene erecto, aprisionado por su pantalón. Hizo mi cabello a un lado y empezó a besar mi cuello mientras me manoseaba las piernas y el trasero, para después voltearme y plantarme un beso en los labios, devorando mi boca agresivamente y metiendo toda su lengua. No pude evitar gemir mientras sentía como mis fuerzas desaparecían por completo y me entregaba a él.
-“Parece que te gusta putita, y espera a que empiece lo bueno. Hoy me tomé una de esas pastillitas para tenerla más dura, no iba a desaprovechar una noche con una nena como tú.” Terminando de decir esto me empujó hacia abajo hasta quedar de rodillas frente a él, se bajó el pantalón y antes de bajar su ropa interior hizo una pausa, me vio a los ojos y me dijo: “Pídeme que te de verga”
Sus palabras me hicieron estremecer, estaba ahí vestida como toda una puta, ...