La putita de don Julio (Parte 2)
Fecha: 30/11/2021,
Categorías:
Transexuales
Autor: adriianaa, Fuente: CuentoRelatos
... para no dejarla escapar. Finalmente entró toda y sentí como sus huevos peludos chocaban con mis nalgas, gemí muy fuerte y me mordí el labio mientras cerraba los ojos: estaba en el paraíso.
- “No pensé que fueras tan apretadita”, me dijo Don Julio riendo. “Se ve que te gusta tenerla bien adentro, eres una puta muy golosa”
- “Si papi, me encanta que me la claves toda completa, cógeme papi”.
Y empezó a bombear, entraba y sacaba lentamente su verga, casi por completo, haciéndome sentir cada pequeño borde, casi cada vena. Respiraba fuertemente sin quitarme la mirada de encima, sonreía al ver mi rostro sonrojado, con una expresión de satisfacción, mojado por las gotas de sudor que escurrían de su frente. Intenté tocarme mi diminuto pene para masturbarme a lo que él respondió alejando mi mano y dándome una pequeña cachetada me dijo: “Eres una putita, MI PUTITA, y si te vas a correr tienes que hacerlo como toda una nena, siendo cogida por tu hombre”. Esto me excitó más aún, lo tomé por detrás de la cabeza y lo incliné hacia mí para besarlo apasionadamente.
Sentí como aceleraba el ritmo y me clavaba su verga cada vez más profundo, de pronto la ensartó por completo y con un gemido muy fuerte vació su semen dentro de mí. Sentí cada palpitar de su verga al vaciar chorros de semen caliente, sentí como me llenaba por dentro y sobre todo, sentí que en ese momento ya era suya. Sacó su verga aún un poco dura y se sentó, mientras me ordenó que se la mamara de nuevo.
Me puse de ...
... rodillas frente a él y empecé a limpiar su pene con mi lengua, saboreando esa mezcla del sabor de mi culo y su semen. Sentí como de pronto su semen escurría de mi culito y resbalaba sobre mis piernas, lo tomé con mis dedos y me lo comí. Era tan delicioso como lo recordaba. Seguí mamando y de pronto su pene ya estaba tan duro como antes, escupí un poco sobre la punta y me senté sobre sus piernas, me ensarté su verga en un solo movimiento y empecé a cabalgarlo. Don Julio apretaba mis nalgas y chupaba mis pezones que quedaban justo frente a él. Yo subía y bajaba, me movía hacia adelante, hacia atrás, despacio y luego más rápido. Así pasaron unos 20 minutos hasta que me levantó, me puso en cuatro sobre el sofá y me la clavó de nuevo. Se movía rápidamente, agitado, tomándome de la cintura y nalgueándome de vez en cuando. Yo estaba en un éxtasis total. De pronto, y sin esperarlo, empecé a correrme. Pequeños chorros de semen caían sobre el sofá mientras gritaba de placer y apretaba más el culito.
Sentía un inmenso placer y además era feliz al saber que por fin había encontrado a un macho que me tratara como la putita que siempre fui. Don Julio me sacó de mis pensamientos cuando se apartó, me puso de rodillas y empezó a correrse en mi cara. Tomé su abundante semen con mis dedos y lo llevé a mi boca, no me cansaba de ese delicioso sabor de mi macho.
Se sentó agitado, viéndome de rodillas en el piso saboreando cada gota de semen. Estaba llena de sudor, con el maquillaje corrido, ...