Me salvó del violador y me cogió él
Fecha: 15/12/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos
Seis meses atrás con mi hija nos mudamos a una casa en un barrio bastante acomodado del Gran Buenos Aires. Luego de mucho sacrificio, sobre todo después del divorcio, compré esa casa para empezar una nueva vida las dos solas.
Aunque mi hija me jorobaba para que busque novio, yo no quería. Los últimos años con su padre habían sido muy traumáticos y violentos. Ahora solo quería dedicarme a ella, que con 16 años había pasado momentos muy feos por nuestra relación, y ahora por el padre que ni la llamaba.
Todas las tardes salgo a correr por un parque cercano, no solo por la parte física sino por la mental, me ayuda a despejarme. Hace una semana, iba corriendo cuando de atrás de unos arbustos, salió un tipo apuntándome con un arma. Traté de escapar, pero me retuvo agarrándome de un brazo y apuntándome a la cabeza. Cuando me arrastraba hacia los arbustos, apareció un muchacho, que de una trompada lo tiró al suelo, para después seguir golpeándolo en la cara hasta que el otro perdió el sentido.
Con su celular llamó a la policía. Yo estaba temblando de pánico y me largue a llorar. Otros runners que pasaron se quedaron tranquilizándome y algunos le daban patadas en todo el cuerpo al tipo, y evitaban que se escape.
Llegó la policía, se lo llevaron y el muchacho y yo debimos ir a declarar. En todo momento se mantuvo a mi lado y me abrazaba. Era más alto que yo y más o menos la misma edad. Y un muy buen físico. Yo fui la primera en declarar y luego él. Me quedé esperando ya ...
... que en ningún momento le agradecí, no le dije nada realmente.
Él salió de declarar y se sorprendió al verme.
“Hola, mi nombre es Marisa, quise esperarte para darte las gracias. No sé que hubiera pasado si vos no intervenías. En realidad si sé, pero no sé como hubiera terminado.”
“Lo importante es que estás bien y no te lastimó. Ah, mi nombre es Ricardo, pero las damiselas hermosas que salvo de los malos, me dicen Rick.” Dijo bromeando para distender la situación.
“Entonces gracias Ricardo, porque yo de damisela y hermosa, poco tengo.” Dije respondiendo a su broma.
“Claro, eso seguro. Bueno, vuelvo al parque a buscar mi auto. Un gusto conocerte Marisa.”
“Espera, por favor. Deja que te alcanzo hasta el parque, yo pedí un auto y está afuera.” Dije.
“Gracias, sos muy amable.” Dijo.
“Es lo menos que puedo hacer por quien me salvó.”
Llegamos al parque y fue como revivir la situación. Empecé a temblar y él se dio cuenta.
“Flaca, no estás bien, por favor dejame que te lleve a tu casa. ¿Hay alguien?”
“Debe estar por llegar mi hija del colegio.” Dije.
“Vamos, cualquier cosa esperamos en el auto hasta que llegue.” Dijo.
Acepté y fuimos hasta la puerta de mi casa. De pronto me di cuenta lo ridículo que era esperar en el auto, como si tuviera miedo del hombre que me salvó de una violación.
“Rick, esto es ridículo. Por favor, pasemos y te convido un café o lo que quieras.” Dije.
Él no quería para no generar una situación con mi hija. Lo pude ...