1. Me salvó del violador y me cogió él


    Fecha: 15/12/2021, Categorías: Hetero Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... convencer y entramos. Charlamos, me contó que era soltero, de mi misma edad, que hacía un mes había cortado con una chica, que trabajaba como desarrollador de software, y que vivía a unas 5 cuadras. Yo le conté por arriba mi historia y estábamos en eso cuando entro Carla, mi hija.
    
    “Hola, ¿cómo están? Soy Carla, la hija descarriada como te habrá contado” Dijo sin saber nada de lo ocurrido.
    
    “Hola Carla.” Dijo él y me miró.
    
    “Hija, él es Ricardo. Hoy cuando corría en el parque un tipo me apuntó con un arma, me tironeó hasta unos arbustos, pero apareció él, y de una trompada lo durmió. Se quedó conmigo y fuimos a declarar a la comisaría. Como si esto no bastara, me acompañó hasta que vos llegues.”
    
    “Por Dios mamá, no te puedo creer. Gracias Ricardo, sos un capo, gracias por jugarte la vida por mi vieja. Te podía haber pegado un tiro a vos.” Dijo Carla.
    
    Ahí reaccioné. Lo que decía Carla era totalmente cierto.
    
    “No fue tan grave. Lo importante es que tu mamá está bien. Bueno, ahora las dejo.”
    
    Fuimos hasta la puerta y Carla me preguntó algo al oído, para ir corriendo hacia el auto de Ricardo.
    
    “Perdona a mi mamá Ricardo, pero entre su edad avanzada, lo lindo que sos vos y el cagazo que le queda, se olvidó de pedirte tu teléfono por si necesita ser rescatada nuevamente.” Dijo mi hija.
    
    “Carla, te voy a matar.” Grite yo al escuchar lo que decía.
    
    Ricardo se rio y le pasó su número. Luego se fue y entramos a la casa.
    
    “No me digas que no te gusta mamá, es ...
    ... un bombonazo.”
    
    “Carla, lo que menos hice fue mirarlo. Además, ya te dije.”
    
    “Si, pero por lo menos tenés que invitarlo a cenar, es lo menos que podes hacer con este tipo. “¿O pensas que tu vida vale un café?” me dijo y se fue a su cuarto.
    
    Tenía razón, no tenía argumentos para rebatirla.
    
    Al día siguiente, todavía me duraba la impresión. No fui a la oficina y me quedé en casa. Carla me llamaba a cada rato para preguntarme si estaba bien. Cuando llegó le dije que tenía razón, que debería invitarlo pero no me animaba.
    
    “Deja vieja, yo me ocupo.” Dijo y lo llamó.
    
    “Hola Ricardo, te habla Carla, la hija de la veterana que salvaste ayer.”
    
    “Hola Carla, ¿todo bien con tu mamá?”
    
    “Si genio, todo bien. Escuchame, el tema es que quiere invitarte a cenar en casa y no se anima. Viste como son las personas mayores. Por eso te llamo, para invitarte yo. Dale, ¿venís mañana a la noche, que es viernes y el sábado no se labura?”
    
    “Carla, no la pongas en un compromiso a tu mamá. Cuando ella esté con ánimo, que me avise y tomamos un café.”
    
    “No, es en serio. Espera. Mamá, jugate y habla con él. No seas chiquilina.” Dijo y me pasó el teléfono.
    
    “Hola Ricardo, soy Marisa. Como veras, este monstruo no tiene ni límites ni respeto por su madre. En serio me gustaría que vengas a cenar. De alguna forma tengo que agradecerte.”
    
    “Bueno, Marisa, acepto.” Dijo.
    
    El viernes a las 21 Hs. puntual, estaba tocando el timbre con dos ramos de flores, uno grande y el otro más pequeño. ...
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