Una mujer para todo uso
Fecha: 15/12/2021,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: zari, Fuente: CuentoRelatos
... sentó a mi lado. A mi otro lado se sentó el Chico Nano. Los hombres después de haber tenido sexo con una mujer se sienten un poco propietarios de ella, se arrogan autoridad sobre una. Con esa confianza me tomó de la mano y me atrajo hacia sí, tenía una colonia fuerte y manos toscas de dedos gruesos y cortos. Al oído me susurró "de esta noche no te vas a olvidar flaquita, el sueño de cualquier mina". Su aliento era a alcohol caro y sus dientes impecables. Yo estaba clavada al sillón, en ese momento solo quería que la tierra se abriera y me tragara.
- Estamos de acuerdo entonces? -le preguntó a mi pareja por encima mío-, la prestas pa’ usarla un par de horitas nada mas…, no hay que ser egoísta amigo. Yo presentía algo: moreno de ojos verdes, moreno malo. Y chico, chato, y petulante mas encima. Pero sabía también que ya era de ellos. Era la presa que ya comenzaban a devorar a mordiscos.
- Nada de fotos ni de marcas, y estamos de acuerdo. -le respondió Luis desde mi otro lado. Allí en medio era un objeto de cambio, como el dinero que pasa de mano en mano. El Dealer que estaba sentado al frente me miraba la blusa tratando de adivinar mi escote que tenía una transparencia negra sobre un relleno para agrandar mis pequeños pechos.
- De acuerdo entonces, dijo el Chico. Se paró de mi lado, sacó el celular del frutero donde los dejaban al llegar y se fue a llamar al balcón del departamento. Escuché que daba nuestra dirección, que hablaba de un examen y un depósito, luego ...
... entró sonriendo y se fueron por unos tragos a la cocina y hablaron y rieron entre ellos, el Chico les contaba del tamaño de algo. Yo continué viendo la peli. Me sirvieron un whisky, el tercero (el tercero generalmente es el de mi perdición) pero sabía que Luis me cuidaba y pensé que para lo que venía mejor un trago fuerte. No sabía que iba a necesitar mucho mas que eso.
- Por qué te gustan las minas tan flaquitas? -le preguntó cuándo volvieron a sentarse a la sala.
- Aunque ese culito parado y redondo y la cara de muñequita que esta se gasta calienta a cualquiera. Y volviéndose a mi me preguntó “Cuánto mides?”.
- Un metro sesenta. Mentí, mido 10 y unos centímetros menos
- ... y pesas…?
- Cincuenta, y exageré un poquito de nuevo. Lo bueno viene en frasco chico, le dije.
.- De tetas nada… una pena flaquita, mas plana que una tabla. Que talla usas de brassier? Y entendí perfectamente que no le interesaba eso sino que era una forma de someterme, de humillarme.
.- Talla S… por lo menos no se me van a caer con los años, le dije tratando de conciliar.
.- Tienes cara de mina… pretenciosa, elegante, me dijo mientras me recorría la pierna con su mano por sobre el pantalón. Con cuantos engañaste a tu marido?
-Nunca, le fui fiel 24 años- dije indignada de verdad. Y no me faltaban oportunidades, agregué.
-Y antes de Luis? Ya solterita a cuántos te tiraste? Porque me contó que llevabas como 6 meses separada cuando le diste la pasada.
-Solo a uno… y una vez ...