Las maduras puritanas
Fecha: 17/12/2021,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... hasta uno de los árboles al que le llegaban casi al suelo las ramas cargadas de ciruelas maduras. Abrí tres botones de la camisa y comencé a llenarla de fruta. Eva abrió dos botones de su blusa e hizo otro tanto. Sentimos, una voz de mujer:
-¡Pilleivos, carallo!
Era señora Carmen, una vieja viuda de más de ochenta años, que siempre llevaba en la cabeza un pañuelo negro y un vestido del mismo color que le llegaba a los pies. Con su bastón en la mano, echó a correr hacia nosotros. Tenía una forma muy peculiar de correr, con una mano levantaba un poquito el vestido para no pisarlo, echaba un pie, levantaba el bastón hacia el aire, daba un salto, y ese pie le pedía permiso al otro para dar el siguiente salto. Era cómo si corriese a cámara lenta. Los cincuenta metros que nos separaban de ella tardaría una eternidad en recorrerlos. Seguimos llenando la camisa y la blusa de ciruelas, y esto aún la envenenó más. Nos djo
-¡Esperade, esperade que vos vou moer a paus!
Nos reímos al oír cómo nos decía que la esperáramos para que nos moliera a palos, luego, Eva, me dijo:
-Vámonos que igual se les sueltan las piernas, aún hay que subir el muro -se tocó la barriga-, y yo estoy preñada.
Le seguí la corriente.
-¿Quien te hizo el bombo?
Eva, que vestía una falda marrón que le daba por encima de las rodillas, una blusa azul, unos calcetines blancos y unas zapatillas deportivas marrones, sonriendo, me respondió:
-Un ciruelo.
Nos fuimos dejando a la vieja soltar ...
... barrabasadas. Hasta los pájaros salían escopetados de los árboles al oír tanto improperio.
En el monte, sentados debajo de un pino, y acabando de comer las ciruelas, le dije a Eva:
-Señora Carmen es lenta de movimientos, pero de lengua es rápida. Seguro que ya tu madre sabe que nos pilló robando sus ciruelas.
-Sí, me espera una buena.
-¿Te pega muy fuerte cuando te da?
-Depende de lo enfadada que esté. A veces me pone el culo a arder.
-¿Te pone sobre sus rodillas?
-A veces, otras me larga con la escoba, otras con la mano abierta en la cara. ¡Cómo si ella fuera una santa!
-¿Por qué lo dices?
-Porque se toca por las noches. Siento sus jadeos cuando se corre.
Imaginé la escena y me puse cachondo.
-¿Y tú qué haces?
No me contestó a la pregunta. Me hizo otra.
-¿Tienes ganas, Quique?
-Siempre. ¿Te excita sentir sus gemidos?
-Claro.
-¿Y te tocas el coñito?
Me dio un empujón y sonrió.
-¡Haces unas preguntas!
-Sabes que yo hago pajas. Dijimos que no habría secretos entre nosotros.
Eva, se soltó.
-Sí, me toco el coñito y las tetas.
-¿Y te corres?
-¿Para qué se hace una paja, Quique?
Se quitó las bragas y las echó sobre la hierba, me quitó la polla empalmada y se sentó sobre mis rodillas... Mirándome a la cara comenzó a mover el culo y a frotar su almejita con mi polla. Fue inevitable que nos diéramos un beso, y otro, y otro y que perdiéramos la cuenta de los besos que nos dimos. Eva, cuando ya estaba colorada cómo un ...