Las maduras puritanas
Fecha: 17/12/2021,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... buscarlo. Salí de casa, Alicia, estaba sentada en el banco donde su hija y yo nos dábamos placer, al verme, me preguntó:
-¿Adonde vas, calamidad?
-A por sal a la tienda.
-¿A fiado?
-Claro.
-Ven a mi casa que te doy un poco.
Al entrar en su casa cerró la puerta con llave. Me arrinconó contra una pared, y con cara de mala hostia, me dijo:
-¡Al fin solos, cabrón! Así que te gusta deshonrar mocitas y comer coños -me cogió por los pelos, levantó el vestido, e hizo que me arrodillara delante de ella-. ¡Baja mis bragas y come, cerdo!
Aquel coño llevaba días sin lavar. Olía a meo que apestaba. La muy puta quería hacerme vomitar. Quería que aborreciera los coños. Pero yo, que siempre fui raro de carallo, me empalmé con aquel olor tan fuerte. Le bajé las bragas hasta los tobillos. Vi sus piernas peludas. Vi su coño, de cerca ya no parecía un bosque de matorrales negros, parecía una jungla. Su clítoris estaba desaparecido. Enseguida lo encontré. Lo lamí de abajo arriba, lentamente, una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete veces, me dijo:
-Te gusta la mierda cómo a los cerdos, cabrón.
Seguí lamiendo el clítoris, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce veces. Ya no me tiraba de los pelos.
-¡Serás asqueroso!
Seguí lamiendo, quince... Veinte... Treinta... Cuarenta veces... Cuando pasé mi lengua por sus labios vaginales su coño ya estaba encharcado. Su mano acarició mi cabeza, y cómo en un suspiro, dijo:
-¿Qué me estás haciendo, ...
... diablo?
Aceleré los movimientos de mi lengua. Comenzó a gemir, y poco después, dijo:
-¡Me vas a hacer correr, me vas a hacer correr, me vas a hacer correr¡ ¡¡Me coooooorro!!
Sus piernas comenzaron a temblar y se corrió en mi boca jadeando cómo una perra cuando la ametralla un perro.
Al acabar de correrse, le dije:
-¿Vamos para tu cama?
Me cogió por la pechera.
-¡¿Me viste cara de puta, cabrón?!
Mirándola a los ojos, le respondí:
-¡Sí!
Le cogí el culo con las dos manos, apreté su coño contra mi paquete y le planté un beso a tornillo en los labios, de tal nivel, que si llega a tener las bragas puestas le caen a plomo. Al soltarle el culo, me dijo:
-Eres la tentación hecha carne. Eres el hijo del diablo.
Encendida, me desabotonó la camisa, acarició mi pecho con las dos manos, se agachó y me quitó el pantalón. La polla, tiesa, quedó delante de sus labios, le dio una chupada. Le gustó. Me cogió el culo, metió la polla en la boca y me hizo una mamada sin manos hasta que me corrí en su boca. Al tragar la leche gimió cómo si se estuviese corriendo, al acabar, se levantó y me dijo:
-¡Qué bueno estás, sinvergüenza!
Le planté otro beso en la boca y dos dedos dentro del coño, luego, mientras acababa de quitar el pantalón y los calzoncillos y de quitar los zapatos y los calcetines, le dije:
-¿Quieres volver a correrte en mi boca?
Alicia ya estaba desatada.
-Quiero correrme hasta que quede seca. ¿Puedes hacer eso?
Ya me viniera arriba.
-Puedo y lo ...