1. Una buena verga negra para mi ano.


    Fecha: 18/12/2021, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... amigos como te ves con tu vestido.
    
    Sin contradecirle me despoje de las mallas y del suéter, por un momento pensé que aquellos hombres me tocarían ahí mismo, pero nada resultaron muy educados y medio tímidos, platicamos de cosas sin importancia y de pronto José el hombre que manejaba dijo.
    
    Necesitamos cigarrillos muchachos, ¿quieren comprarlos aquí? O mas adelante.
    
    El de mi lado derecho respondió, ¿sabes José? Te detienes en la avenida Juárez, ahí que baje Sonia a comprar…trague saliva ya me imaginaba que no me dejarían ponerme las mallas ni el suéter, todos respondieron animadamente que si, que ahí era el lugar adecuado.
    
    Llegamos a una de las avenidas mas transitadas de la ciudad, antes de que bajara José se apresuro a decir a Mario y a mi.
    
    Mario, a partir de este momento, solo podrás mirar y escuchar, no puedes participar en ninguna circunstancia, ¡Sonia!, tu ahora solo harás lo que nosotros te pidamos, sin importar que Mario este presente, fingirás que no existe en estos momentos, ¿alguna pregunta?
    
    Mario solo guardo silencio, yo por mi parte pregunte ingenuamente… ¿me puedo poner las mallas?
    
    Jajajajaja, se escucharon carcajadas al unísono, me sentí un poco cohibida.
    
    Mira Sonia, así como estas vestida saldrás, y no hay pretexto, ese cuerpecito es para ser admirado, no temas solo sal con naturalidad y compra los cigarrillos, aquí te esperamos.
    
    Sin mas Salí del auto, camine con la cara roja de pena, los comentarios morbosos se escucharon de quienes ...
    ... no tuvieron pudor en decirlos, aquí algunos que a decir verdad me pusieron un poco excitada, ahí inicio esa noche de sexo donde fui tomada en una especie de orgia, “mamacita que rica estas” “te lo mamo hasta que te vengas en mi boca chiquita rica” “con esa boquita estoy seguro que te encanta mamar verga mami”
    
    Por fin al regresar al auto, me sentí tranquila, dimos varias vueltas por un parque, por fin después de un rato cuando ya las sombras de la noche caían sobre la ciudad, nos alejamos de las calles del centro, para detenernos en una calle solitaria, ahí José dio una indicación.
    
    Bájate y camina hasta la esquina, ahí te quedaras unos minutos parada, como si fueras una “puta”, si alguien se detiene a preguntarte algo, tu sabrás que responder, pero no te subas nosotros pasaremos y te subirás.
    
    Camine por la calle semi obscura, solo los tacones de mis zapatillas rompían el silencio de la noche, no había llegado a la esquina cuando un auto dio la vuelta y disminuyo la velocidad, se detuvo frente de mi y bajando la ventanilla me pregunto.
    
    ¿Cuánto cobras por mamarme la verga?
    
    Lo siento, estoy esperando a un cliente.
    
    Vaya, quizá otro día.
    
    Se alejo y continué mi camino, otro auto se aproximo y ahora me dijeron lo siguiente.
    
    ¿Cuánto por hacerlo en tu culo mami?
    
    Lo siento, ya estoy ocupado.
    
    Ni hablar putita, ya será otra ocasión.
    
    Por fin se aproximaron ellos y subí al auto, nos alejamos y esta ves no había nada de los hombres tímidos, el de la izquierda ...
«1234...»