1. A solas con Sandra


    Fecha: 20/12/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... una buena cantidad de errores garrafales, tanto de guion como de ejecución de la escena.
    
    Entre cortos y vinos, se fue caldeando el ambiente y mi acompañante empezó a sentir los calores y la desinhibición que provoca el alcohol, así que se fue acomodando para apoyarse en mí.
    
    Como digo, la noche estaba preparada y los cortos de culto dieron paso a las películas con mayor carga erótica; el momento en que empezó a reproducirse la película Habitación en Roma fue momento clave por el erotismo de la cinta, algo que ayudó a subir la temperatura de la habitación y cuya ocasión aproveché para ir ganando terreno con el brazo con el que ya acariciaba su cuerpo.
    
    Guiándome por la frecuencia de su respiración, adapté mis movimientos para tener una referencia de que estaba disfrutando de mis caricias hasta que, en un momento concreto de la película, se incorporó indignada, diciendo que estaban sobreactuando.
    
    Empezamos un animado debate en el que me dio una clase magistral sobre sexo lésbico y cuando le dije que no entendía algunos de sus argumentos, me hizo levantarme para poner un ejemplo sobre el terreno.
    
    No sé si por el alcohol o porque realmente estaba buscando excusa para hacerlo, me plantó un beso en los morros que provocó una descarga eléctrica en todo mi ser; le seguí la broma con un intento de dar mi punto de opinión, hasta que nos dimos cuenta de lo que estábamos haciendo y se hizo el silencio. Nos miramos, nos sonreímos y volvimos a besarnos.
    
    Pasamos así unos ...
    ... minutos, con la escena de la ducha de fondo (los que hayan visto esa película, sabrán de qué momento hablo), escuchando la canción que se marcan en la bañera. Sus manos encontraron mi camiseta y me la quitaron lentamente, separándose de mi boca el tiempo indispensable para quitarla de mi cuerpo.
    
    Mientras tanto, las mías acariciaban sus glúteos por encima de la falda, agarrándolos firmemente y atrayéndola hacia mí para que sintiera el calor que estaba desprendiendo en ese momento.
    
    Cuando quise quitarle la camiseta, se separó de mí y me pidió que me sentara en el sofá; ella apagó la tv y se sentó sobre mis piernas, besando mis labios, lamiendo mi cuello, acariciando mi pecho… mi excitación iba en aumento, empezaba a tener tentaciones de arrancarle (literalmente) la ropa. Fue entonces cuando se incorporó y se sacó la camiseta ella misma, dejando al descubierto sus hermosos pechos, solamente cubiertos por un sujetador de encaje con aros y tiras elásticas cruzadas que no tardaría en quitarle, al tiempo que mi lengua subía desde su canalillo hasta su barbilla, buscando todos los puntos que me había descrito minutos atrás.
    
    En el momento en que mis manos empezaron a buscar el calor de su sexo, ella se puso de pie y me animó a ir a la cama; una vez allí, su falda cayó al suelo y pude darme cuenta de que no llevaba bragas, gesto que desató a la fiera que hay en mí. Como ella iba delante, la empujé contra la cama y cayó justo a los pies, una posición perfecta para hundir mi cabeza ...
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