Unas atractivas vecinas a escasos metros
Fecha: 22/12/2021,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: El Boishon, Fuente: CuentoRelatos
... arrepentimiento, me armé de valor, salí de casa y subí. Llamé a la puerta mientras pensaba que decir.
Esta vez abrió la puerta Verónica, un auténtico regalo para la vista. No superaba los veintitrés años y tenía un cuerpo de infarto. Bajo la camiseta ajustada se dibujaban las siluetas de dos pechos duros y del tamaño de una pelota de tenis.
-Hola guapo, ¿qué quieres? –Dijo ella con una voz melosa.
-Esto… yo venía a… ver si necesitáis algo, como… hielos, por ejemplo.
-Pues no, no necesitamos nada. Muchas gracias –Me contestó en un tono desagradable y cerró la puerta.
Yo me quedé un poco confuso, no estaba seguro de si era posible que me dejasen más por los suelos.
Cuando ya estaba esperando al ascensor, su puerta se abrió y apareció Sara:
-¡Jorge espera!
-¿Qué pasa? –contesté con desgana.
-Perdona a Vero, pero es que no le gustan mucho las visitas.
-Ah… Da igual no importa
-¿Quieres entrar? –Me preguntó con malicia en la cara.
-Bueno, vale.
Esta vez las cosas iban bien, solo tenía que evitar meter la pata. Al entrar, contrariamente a lo que me esperaba, encontré que la casa estaba vacía. ¿No había fiesta? Me llevó directamente al dormitorio. En ese momento pensé que esa chica era demasiado lanzada, y cuál fue mi sorpresa cuando al llegar al dormitorio encontré a Verónica vestida únicamente con la ropa interior, lo que a ella le disgustó. Rápidamente fue a taparse mientras farfullaba y maldecía. Luego volvió y dijo:
-¿¡Me puedes ...
... explicar que hace este tío aquí!?
-¿No dijiste que querías probar algo nuevo? –Le respondió Sara.
-Pero no me refería a un ménage a trois, y menos con un tío.
En ese momento lo comprendí todo: los juguetes sexuales, las noches locas. Eran dos lesbianas ninfómanas, lo que las hacía más atractivas si cabe, y encima estaban buenas. Ese era el sueño de cualquier hombre que estuviera en su sano juicio, y yo me encontraba dentro de ese sueño.
-Venga que seguro que te gusta… -dijo Sara.
-¡No!, Llévatelo de aquí inmediatamente. –contestó Verónica metiéndose en el cuarto de baño y cerrando la puerta.
Sara me cogió de la mano y me sentó en la cama. Luego se quitó la ropa quedándose con un conjunto de lencería de color rosa con plumas, lo que me excitó muchísimo. Se acercó y se sentó en mis muslos mirando hacia mí, dejando sus pechos a la altura de mi cara. Me besó la frente y me desabrochó la camisa que llevaba. Luego acercó mi cara a su pecho pudiendo sentir la dulce fragancia que despedía. Yo reaccioné y lamí el centro de su sostén, luego el bulto que uno de sus pezones dejaba en él. Ella se estiraba y contorsionaba, mientras tocaba mi cuello, mi pecho y mis brazos. Cogí sus nalgas con las manos y las apreté fuertemente, luego las abrí un poco y jugué con un dedo con el agujero de su culo. Ella se desabrochó el sujetador y lo dejó caer deslizándose por sus brazos, dejando a la vista sus prominentes senos con oscuros pezones bien duros.
Yo lamí sus tetas, las amasé, las ...