1. Compartiendo más que piso


    Fecha: 28/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dlacarne, Fuente: CuentoRelatos

    Me mudé a otro piso huyendo de los problemas de convivencia. Lo que no imaginé es no podría pegar ojo porque mi nueva compañera se pasaría todas las noches follando como una salvaje.
    
    La conocí por un anuncio. Yo estaba deseando dejar atrás un piso de locos y ella loca por encontrar alguien con quien compartir alquiler. No tuvimos tiempo casi ni de presentarnos por culpa de nuestros horarios: ella curraba a partir de la medianoche en un pub de mala fama y dormía por el día, yo a las once ya estaba en la cama para entrar al trabajo a las ocho de la mañana.
    
    La primera semana no hubo ningún problema pero, en cuanto perdió un poco la vergüenza y se normalizó mi estancia allí, comenzó el espectáculo. La primera noche que la escuché me hizo gracia, todos los ruidos eran muy exagerados y me alegré por ella; puede que incluso la segunda me diera por reírme también. Dejó de hacerme gracia al contar diez noches seguidas escuchándola gemir como un jabalí en celo.
    
    Empezaban la función justo cuando estaba a punto de conciliar el sueño, como si lo hicieran adrede. Primero se escuchaban unos “plaf, plaf, plaf” al otro lado de la pared, le seguían algunos muebles moviéndose como en un terremoto y terminaban gritando a viva voz. Mi compañera comenzaba tratando de contener los gemidos, pero se le hacía imposible a partir del primer minuto. ¡Fóllame, fóllame!, ¡sí, sí!, ¡Dios, me encanta!, ¡cómo me follas, Dios!, ¡me encanta tu polla!, ¡córreme la cara!, eran algunos de los gritos que ...
    ... podía escuchar a lo largo de la sesión. Cuando terminaban, tras un fuerte orgasmo conjunto en el que escuchaba por primera vez la voz del chico, ella salía a la ducha, se preparaba para ir a trabajar y yo me pasaba casi toda la noche con los ojos abiertos, para llegar por la mañana destrozada al trabajo.
    
    Una noche creo que follaron de pie contra mi pared, fue especialmente ruidoso. Como siempre, cuando terminaron, ella se duchó y se largó al trabajo. Cuando escuché la puerta salí de mi habitación para darme una ducha y tratar de despejarme un poco. Al llegar al baño me lo encontré ocupado. ¡Perfecto!, pensé, se ha ido a trabajar y el chico se ha quedado aquí. Se me ocurrió aprovechar la situación para dejarle caer algo sobre el comportamiento que tenían, algo que le diera vergüenza y sirviera para que se contuvieran un poco. Tras la mala noche que me habían dado estaba armada de valor para cantarle las cuarenta si era necesario pero, al salir del baño, quise que me tragara la tierra.
    
    -¡Qué haces aquí, Enma!
    
    -No, ¡qué haces tú aquí, Jack! Esta es mi casa.
    
    -¿Eres la nueva compañera de Mary?
    
    -Y tú su nuevo novio, por lo que veo.
    
    -No, es mi amiga. Yo solo...
    
    -Tú solo te la... bueno, da igual. Estoy muy cansada, voy a entrar al baño rápido que quiero irme a la cama ya. Me... me alegra verte, Jack.
    
    -Yo también, Enma. Voy a coger mis cosas e irme a casa. Buenas noches.
    
    Jack era mi ex. No sé si mi ex-novio, mi ex-follamigo o qué, pero era mi ex; y ahora se ...
«1234...»