1. Compartiendo más que piso


    Fecha: 28/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dlacarne, Fuente: CuentoRelatos

    ... encontrarte aquí y me pillaste por sorpresa – fui incapaz de aguantarle la mirada a los ojos. Iba otra vez solo en calzoncillos y bajo ellos se apreciaba una buena polla gorda morcillona.
    
    -No pasa nada. Supongo que a los dos nos pilló por igual.
    
    -No quiero que pienses estoy enfadada o algo porque… porque te... porque te folles a Mary. No soy de esas, de verdad. Fue solo lo inesperado del momento.
    
    -Tranquila, tranquila. Si yo tampoco supe reaccionar. Aunque me dio vergüenza, me hizo ilusión verte, en serio.
    
    -¡Y a mí también! ¿Nos damos un abrazo y retomamos el reencuentro de nuevo?
    
    -¡Pues claro!
    
    Sentí como mis tetas se aplastaban al juntarse los dos cuerpos. Su polla gorda quedó también aprisionada contra mi pierna. No tenía intención de liberarla pronto. Me esmeré en aprovechar el abrazo, alargando los segundos, recordando su cuerpo, buscando viejas historias. Una de sus manos se posó en la parte baja de mi espalda, rondando la frontera de mi culo semi-desnudo; no hubo suerte.
    
    Me vino un suspiro que no supe disimular al separarnos. Nerviosa, incapaz de frenar un balanceo de mi cuerpo que hacía que mis tetas se movieran libres bajo mi camiseta, continué hablando:
    
    -¿Tienes prisa? Yo creo que no voy a ser capaz de dormir todavía. Siéntate, si quieres, y me cuentas cómo te va.
    
    Accedió con gusto y tomó asiento en el sofá del salón. Yo me dejé caer con fuerza a su lado, intentando que no cupiera mucho aire entre nosotros, juntando muslo con ...
    ... muslo.
    
    -Bueno, sabes que soy una cotilla. Así que te puedes imaginar la primera pregunta que te voy a hacer.
    
    -¿Sin rodeos?
    
    -Sin rodeos. ¿Tú y Mary qué? ¿Desde cuándo?
    
    -¡Ja, ja! No lo sé, desde hace no mucho. Fui un día por casualidad al bar donde trabaja y empezamos a hablar –ahora que estaba más cerca me di cuenta de la peste a coño que le echaba la boca. Me puso mucho y me incliné un poco para olerlo más de cerca- No sé, nos caímos bien y surgió.
    
    -Lo dices como si fuera sencillo. ¡Ojalá me surgiera a mí también y me lo pasara así de bien todas las noches!
    
    -¡¿Cómo?!
    
    -Pues que os oigo cada vez que lo hacéis y no veas las que liais. ¡Qué envidia, chico!
    
    -¿En serio? ¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza!
    
    -De vergüenza nada, os lo estáis pasando de puta madre y punto. Vergüenza la mía, que creo que no me toca nadie desde la última vez que lo hice contigo.
    
    -No hablas en serio.
    
    -De verdad te lo digo. Tengo muchas ganas, pero me da mucha pereza ponerme a ligar. ¿Me voy a volver virgen, Jack, me va a salir himen de nuevo?
    
    -¡Ja, ja! No digas tonterías mujer. Tu problema es la pereza, en cuanto te apetezca, con lo despampanante que eres, te llevas a la cama a quién te apetezca.
    
    -¿Sigues pensando que soy atractiva, Jack?
    
    -¡Claro, nunca he dejado de pensarlo! Aparte del conjunto, que está estupendo, tengo clarísimo que no voy a volver a encontrarme con un culo como el tuyo.
    
    -No me digas esas cosas que me las creo, ¡ja, ja, ja! -me achuché un poco más–. Y, bueno, ...
«1234...»