1. Compartiendo más que piso


    Fecha: 28/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dlacarne, Fuente: CuentoRelatos

    ... follaba a mi compañera de piso. ¡Menuda vergüenza! ¡Seguro que para él también! Yo con el pijama más feo que tenía, él en calzoncillos, con un lamparón de semen por la polla. Menudo reencuentro.
    
    Esa noche me fui a la cama con la cabeza a mil por hora. Todos esos polvos salvajes que había escuchado eran de mi ex empotrando a mi compañera. No podía creérmelo. No podía parar de visualizarlos follando por toda la habitación, haciendo todas las posturas y corriéndose en su cara. Era... era... bastante sugerente.
    
    Durante varios días estuve distraída en el trabajo. Me venían flashes a la cabeza en los que veía a mi compañera comiéndose la polla gorda de Jack, a él agarrando con fuerza sus tetazas, penetrándola de espaldas contra mi pared... Fueron unos días en los que tuve que poner el aire acondicionado bien fuerte.
    
    Desde la noche que supe que era Jack conseguí dormir mejor. Ya no me molestaban, por escandalosos que fueran. Esperaba impaciente a que llegara el momento y no me perdía detalle. Me ponía, me ponía muchísimo. La envidiaba, tenía ganas de probar a ese hombre de nuevo. ¡Dios, como me follaba! Eran tantos los recuerdos y estaba tan cerquita que no podía aguantarme. Fueron varias las veces que agarré algún dildo del cajón de los juguetes y me masturbé escuchándolos. Llegué, incluso, a fantasear con mi compañera.
    
    Una noche la escuché gemir bajito, sin que se escuchara la cama ni ningún mueble. Se le podía oír decir entre dientes “joder, joder”. Tenía que estar ...
    ... comiéndole el coño, era el mejor en eso. Pocas personas habían conseguido llevarme al orgasmo solo con un cunnilingus. Parece que mi compañera experimentó la misma sensación, pues se corrió fuertemente sin que se escuchara un ruido más en la habitación. Pensé en plantarme allí, en unirme a ellos, que me follara el culo si quisiera mientras la comía el cuerpo entero a ella. Pero esto no era una peli porno y había que actuar de otro modo.
    
    Tenía la mano dentro del tanga desde hacía un buen rato. Si hubieran estado allí conmigo no hubiese estado más mojada. Mi coño estaba suave y mis dedos se deslizaban con fluidez sobre él. Mi clítoris ardía y, cada vez que mis dedos pasaban sobre él, sentía un pequeño escalofrío que me contraía los músculos. Estaba disfrutando tanto fantaseando que desconecté con el exterior y perdí el hilo de lo que estaba aconteciendo, hasta que un portazo me hizo regresar. Mary se había ido a trabajar. A Jack se le escuchaba por los pasillos, había entrado en la ducha. Tenía que salir ahora.
    
    Ataviada solo con una camiseta gris de las Sailor Moon y un tanga negro devorado por mi culo, salí de la habitación al encuentro de Jack. No tuve que esperar mucho para oírlo tirar de la cisterna y lavarse las manos antes de salir; me preparé en posición casual.
    
    -¡Ey! hola, Enma –saludó cabizbajo tratando de no mantener mucho contacto conmigo.
    
    -Hola, Jack. No te vayas, por favor. Quería pedirte disculpas si el otro día fui un poco seca contigo. No imaginaba ...
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