Mi esposa Sofía: Demasiado hermosa para un solo hombre (3) - Relatos Eróticos

Mi esposa Sofía: Demasiado hermosa para un solo hombre (3)

... mejor.

Era viernes había pasado una semana de aquella comida en el restaurante y cada que íbamos y veníamos del trabajo, no podía evitar imaginar a esos hombres que la veían de arriba abajo, incluso acompañados de sus parejas en nuestro andar, estando en una situación morbosa con mi esposa, quien sería el próximo en intentar algo con ella. La respuesta a esa incógnita no tardaría en llegar.

Mientras estábamos en el sofá después de llegar el trabajo, el teléfono sonó.

-Sofía hija ¿cómo estás?

-Hola mami!

-Hija me da gusto saludarte, hemos estado pensando mucho en ti.

-Si mami yo también los extraño espero verlos pronto.

-Precisamente por eso te estoy marcando, este fin de semana tendremos los XV de Rosita la hija de tu madrina y esperamos verte aquí con mi yerno querido.

-Gracias mami que excelente noticia le comentaré a mi marido y por allá estaremos.

-Si hija también tu tío Benito está muy ansioso de verte te manda saludos ha estado algo malito por una caída que tuvo, pero dice que si vienes estará muy contento.

-No me digas mami, dile que allá estaremos y que le mando un fuerte abrazo.

Sofía se encontraba emocionada parecía muy buena opción el despojarnos un poco de la vida en la ciudad e ir al pueblo, a 3 horas de donde vivíamos. Así que sin pensarlo empezamos a planear nuestra salida, decidimos que pediríamos permiso para salir un poco más temprano el día de mañana, después de todo solo íbamos medio día, si lográbamos salir 1 o dos horas ...

... antes nos permitiría irnos muy tranquilos y llegar a tiempo para bañarnos y cambiarnos para la fiesta que sería en la noche y volver el domingo en la noche a nuestro hogar para estar listos para el trabajo el día lunes.

Acordamos que iríamos al trabajo y ella iría a pedir permiso porque si bien en el trabajo no sabían de nuestra relación si sabían que vivíamos por el mismo lugar y que éramos grandes amigos así que algún pretexto donde ella necesitara mi ayuda se lo darían, además quien le diría que no ah algo que ella pidiera, mucho menos Genero después de lo sucedido el fin de semana pasado.

Ese sábado fuimos muy cómodos al trabajo para hacer el viaje muy relajados. Después de una hora en el trabajo vi que Sofía se había retirado de su cubículo y había entrado a la de Genaro, decidí no molestarme y no pensar que tal vez aquel desgraciado aprovecharía para obtener algo de ella. Pero antes de que mis pensamientos fueran más lejos, ella salió casi al instante de aquella oficina por lo visto ni dos minutos le había llevado obtener permiso y había salido con una sonrisa haciéndome una seña que de todo había salido bien. Terminamos pendientes y salimos corriendo del trabajo.

Ambos visitamos jeans, tenis, una playera y en su caso una blusa que mostraba un poco de su vientre plano. Habíamos preparado la maleta el día anterior así que ni siquiera pasamos a la casa sino que tomamos camino a la autopista para llegar pronto a nuestro destino.

Mientras ella miraba hacia el ...