Mi esposa Sofía: Demasiado hermosa para un solo hombre (3) - Relatos Eróticos

Mi esposa Sofía: Demasiado hermosa para un solo hombre (3)

... horizonte por su ventana le pregunté sobre la salud de su tío Benito, hasta donde yo sabía él era un hombre que en su tiempo de juventud había sido militar, y aunque nunca se había casado sabía que tenía algún que otro hijo o hija regado. Por la vida que había llevado no me sorprendía que tuviera algún problema de salud.

-No me dijo mi madre exactamente que tenía, pero estoy seguro que le dio alguno de sus achaques, tenía hasta recuerdo una herida en su pierna en el muslo derecho que le ha traído problemas desde hace muchos años.

-Es un hombre rudo, dije sonriendo

-Jajaja, no siempre ha sido muy tierno conmigo y con mi madre. Él fue un padre para mi nunca se casó y cuando mi padre nos abandonó él se hizo cargo de nosotras, cuidando de mi mamá (su hermana) y de mi.

-Si no se ve que te aprecia mucho, además estoy muy agradecido con él.

-¿Y eso amor? -Mirándome con extrañeza.

-No te cuerdas Sophie que en nuestra noche de bodas me contaste que él te había ayudado a escoger tu lencería para mi.

-Ah!! Hablas de eso, si el me encontró muy triste un día y le conté que quería sorprenderte esa noche tan especial. Y como no tenía a nadie más el me ofreció su ayuda.

-Si eso me dijiste…

-Si me llevo a varios lugares de aquí para allá para probarme varios hasta me probé el que viste. Recuerdo que me dijo que me veía muy hermosa.

-Espera ¿Tú se lo mostraste?

-Claro amor como sabría cuál sería el correcto. Me probé muchos y cada uno se lo modelo a él para ...

... que me diera su opinión, después de todo tiene toda mi confianza y quien mejor que un hombre para decirme si era el correcto.

Me quedé un poco helado, me imaginé aquel hombre viejo disfrutando de ver a aquella suculenta mujer con un cuerpo de diosa modelando aquella delicada lencería para él, tan inocente y pura en aquel momento, una lencería que sería para su futuro marido y que él había logrado ver antes que el mismo marido o sea yo. Y no sólo que aquella mujer era su sobrina y casi su propia hija. Una hija que había cuidado desde pequeña y la había visto crecer hasta convertirse en aquella mujer tan hermosa.

Por un momento imaginé la idea de ayudar a aquel hombre de llevarse a la cama ah alguien como Sophie, en forma de agradecimiento por lo que había hecho por ella y hasta por mi. Seguro él también había imaginado morbosa escenas con su sobrina. Pero tan pronto imaginé a ella en la intimidad con él, agite la cabeza diciéndome para decirme a mi mismo que debía pensar en otra cosa.

Llegamos muy rápido a nuestro destino su antigua casa de encontraba en las afueras de un pueblito muy rústico donde prácticamente todos se conocían y donde su familia era muy conocida. Pues si bien no era ricos, eran de las familias que más cómodo vivían.

Al llegar su madre nos recibió efusivamente y nos indicó donde estaría nuestra habitación. Sin embargo la habitación se encontraba llena de arreglos y de cosas que estaban utilizando para la fiesta. Debo señalar que en estos en estos ...