Mi esposa Sofía: Demasiado hermosa para un solo hombre (3) - Relatos Eróticos

Mi esposa Sofía: Demasiado hermosa para un solo hombre (3)

... y lleguemos a tiempo.

Al llegar a la casa. Sofía se apresuró a ducharse mientras yo y Benito estábamos en la sala viendo los últimos detalles de la fiesta recordemos que Benito usaba bastón para todos lados y aunque anduviera ya mejor no era de mucha ayuda sin embargo su opinión siempre era bien recibida.

Salí para ayudar a poner unas luces donde sería la mesa de honor y al volver noté que Benito no estaba. Decidí buscar a Sofía para ver si ya había salido.

Camine hacia la habitación de Benito y note que estaba semiabierto, antes de hacer cualquier cosa me asomé por el pequeño espacio que dejaba.

-Tío ayúdeme el vestido seguro es de mi talla lo noto un poco más... entallado no me puedo bajarlo.

Benito se encontraba sentado en la cama mientras Sofía luciendo el vestido hasta la cintura, el cual había metido ella sobre la cabeza solo cubría sus pechos hasta la cintura.

Y ella con los brazos aun estirados hacia arriba pues por lo entallado del vestido no había podido bajarlo correctamente. Una tanga negra casi transparente con encajes cubría su pequeña pelvis mientras que por detrás la tela se metiste entre esos generosos cachetes que ella tenía muy trabajados por el gimnasio.

Benito con mucha delicadeza le pidió ponerse de espaldas a él para ayudarla. Su entre pierna se veía como carpa de circo. Sabía que aquel hombre disfrutaba de ese hermoso culo que ahora su tierna sobrina le estaba enseñando. Y no sólo eso un delicado liguero caía en esos muslos ...

... abrochado a unas medias de encaje negras que hacían juego con todo lo que llevaba puesto.

Rogelio de seguro se aseguró de que Sofía luciera increíblemente sensual para todos los de la fiesta.

Benito delicadamente colocándose detrás de ella y posando sus manos en su cintura, bajó lentamente marcando las curvas de mi mujer hasta alcanzar ese pedazo de tela atorado en su cintura para deslizarlo son despegar sus manos sobre su enorme trasero.

Moviendo sus manos por las posaderas de mi esposa al terminar de bajar ese corto vestido. Vi cómo Sofía sintió esas manos y suspiró pero sin decir nada dejo pasar ese tocar. Benito volvió a colocar sus manos en su cintura. Aquel vestido era corto parecía una talla más chica que la que se había medido en la tienda. Se ajustaba a ella como si de una segunda piel se tratara. Su cintura se veía deliciosa en forma de las más exquisita guitarra, sus caderas se anchaban dando paso a sus muslos y trasero que parecía apetecible para cualquier macho que anduviera cerca.

Sus muslos cubiertos por esas medias se mostraban preciosas con esas zapatillas negras cerradas. Sofía giró sin quitarle las manos a su tío de su cintura. Ambos estaban casi del mismo tamaño. Pese a su edad su tío se encontraba en excelente condición y con estatura similar, aún con las zapatillas de Sofía esta apenas lograba sacarle unos 4 o 5 centímetros.

Sofía estaba sonrojada, podría decir que ella era una mujer de esas que se ven tan sexys excitadas porque sus mejillas ...