La firma
Fecha: 05/01/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Como atraídas por un imán mis manos se pegaron a sus pechos por encima de la camisa, la ausencia de sujetador me permitió comprobar su turgencia, agradablemente blandas, fue un minuto de magreo, sus manos en mi pecho forzaron que nuestras bocas se separaran.
- ¡Calma! ¡Calma! – susurraba con voz cálida
- ¿Demasiado ímpetu?
- Nunca es demasiado… - dijo sonriendo. – vamos a hacerlo bien, vamos a un sitio más cómodo.
Se puso de pie y agarrada de mi brazo me llevo hasta su dormitorio. Una habitación amplia presidida por una gran cama cuadrada. Una vez dentro volvimos a besarnos, hábilmente me quito la corbata y abría la camisa botón a botón, mis manos se paseaban por sus nalgas reconociendo el terreno. Una vez que mi camisa cayó al suelo, sus uñas recorrieron mi torso descendiendo hasta mi cintura, pisándome los talones me quite los zapatos. A la vez que mis pantalones caían al suelo, procedí a desabrochar su camisa que tardó pocos segundos en estar junto a mis pantalones. Interrumpimos el beso y con un gesto sensual se sentó en la cama, mientras me quitaba dando salto tos los calcetines, la admiraba, estaba totalmente desnuda, se echó atrás su ondulado cabello rubio, mordiéndose el labio inferior, sus pechos grandes, ligeramente caídos estaban coronados por dos grandes pezones, ligeramente altos y desviados hacia los costados, su vientre mostraba dos michelines y sus piernas con las rodillas juntas enmarcaban un pubis rasurado. Me quité los calzoncillos y me expuse ...
... totalmente desnudó delante de ella concierto aire de orgullo al exhibir mi pene totalmente erecto en paralelo al suelo, apuntándola. ¡Su boca se abrió con admiración y sus ojos clavados en mi sexo, acercando la mano exclamó!
- ¡Madre mía!
- Toda para ti…
Y poniendo la mano en su cabeza la invité a acercarse, se resistió, aunque su mano recorría toda mi carne, di un paso al frente y sus labios se posaron en la punta, mientras me masturbaba a dos manos su lengua recorría el frenillo y mi prepucio, ante la presión de mi mano en su cabeza abrió la boca y de una tacada se la introdujo casi entera, mis ojos casi se me salían de las órbitas, la mamada que me estaba regalando era de matrícula de honor, toda mi virilidad entraba y salía de su boca al tiempo que me masacraba las peloteas, a los pocos minutos y muy a mi pesar tuve que apartarme de su boca, pues corría el peligro de acabar demasiado pronto. Me miro como una niña a la que acaban de quitar un caramelo. Su expresión cambió cuando me arrodillé a sus pies y la insté a abrir la piernas, ahora el impresionado era yo, su sexo era grande, los labios rosados sobresalían invitadores, de entre sus pliegues rezumaba un líquido ligeramente espeso, se asemejaba a una fruta abierta y estaba pidiendo a gritos ser devorada. Tire ligeramente de ella para acercar su culo al borde de la cama, y me amorre a esos labios carnosos, saboreando sus jugos, con mis dedos abría los labios y mi lengua recorría los pliegues interiores…
Sonó ...