Erick, Laura y yo
Fecha: 15/01/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... muy pegada a mí de modo que sentía el contacto de su piel y comenzó a masturbarme. Con una mano le daba a mi polla descubriendo el capullo cuando bajaba su puño envolviendo mi polla y cuando subía al final apretaba el pellejo para cerrarlo, esto me producía un placer mayor al mero gusto; con la otra mano iba masajeando el pubis, el bajo vientre, los muslos, de un modo suave para no acelerar la eyaculación. Me sentí obligado con verdadero placer a masajear su concha, todo el clítoris, hacer salir la humedad. La masturbé metiendo dedos y masajeando con las dos manos su coño. Noté cómo se retorcía y cómo aceleradamente se retorcía más y puse las manos en posición para recoger sus flujos, pero a la vez me entraron los espasmos previos el orgasmo y no tardé en eyacular, pero Erick se dio cuenta y se puso mi polla en la boca. Laura, en su orgasmo, sacó sus abundantes flujos que yo con mis manos recogía para extenderlos por todo su cuerpo y por el mío. Como Erick me estaba mamando mi polla y se tragaba mi lefa, le acaricié su rostro mezclando los flujos de Laura con los dos chorrones que habían caído en su rostro. Probé lamiendo mis dedos y la misma Laura me tomó una de mis manos y lamía los dedos dejando solo su saliva en ellos.
Yo me quedé tieso y Erick nos trajo dos vasos con whisky para descansar un rato. Mientras conversábamos, yo era acariciado en todo mi cuerpo por ambos esposos. Laura de vez en cuando me pasaba la lengua por varias partes, sobre todo la cara y en ...
... cuello aprovechando que me besaba. Laura me excitó en extremo y mi polla volvía a crecer hasta ponerse muy dura. Quizá el whisky había ayudado a renovar el deseo y el apetito.
La abracé agarrándola de sus nalgas y en el aire le clavé mi polla con una fuerza inusitada y le metía y sacaba en su coño sin parar, la estaba follando con verdadera pasión; yo enloquecí con esa mujer, le hice ver el cielo, ella gemía y abría sus piernas en cada penetración y las bajaba al compás de mis movimientos, fue un tiempo largo para poder hacer efectivo nuestro deseo de ese momento —yo penetraba y ella abría las piernas, yo salía y ella se relajaba bajando las piernas—, pero conseguimos llegar al clímax cuando Erick metió su polla en el culo de su mujer a lo bruto, sin preparación previa. Estando así entre los dos, nos entró a ella y a mí el orgasmo y yo eyaculé, no sabía si poco o mucho pero todo en su vagina excitando sobremanera su clítoris y ella chillaba como una loca. Y se corrió abundantemente.
— No me rompas el coño Hernán, —decía entre suspiros.
— No sabes cuánto me gustaría eso, —repliqué.
— Eres un jodido maricón, te corres y me sigues follando como si quisieras volver a comenzar, —espetó.
— Qué bien lo sabes, veo que eres una puta, pero que muy puta, —la calenté.
— También se ha corrido el cabrón de mi marido y me sigue follando, —replicó.
— Estoy follando a mi puta preferida y no cejaré en el empeño hasta que me caiga, —dijo Erick.
Ella suspiraba y suspiraba al ...