Cómo disfruté al novio de mi hija (2)
Fecha: 17/01/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: MarianaV42, Fuente: CuentoRelatos
... de diez minutos descubrí el punto débil de esa verga, cosa que mi hija, con más de un año de relación, todavía no hacía.
Caleb me eyaculó la cara sin avisar, yo recibí un poco en la boca, pues mi lengua estaba estimulando la uretras, pero fue tal cantidad y tan repentina que me sorprendió, me hice un poco para atrás con un lefazo que subió por mi boca hasta mi frente y entonces el semen cálido y pegajoso de Caleb me decoró el abdomen y el pecho.
Sentí una vibración en la cama mientras me retiraba el semen de la cara con los ojos cerrados y sentí la lengua de Caleb recolectando su propio esperma de mi ombligo y mi pecho derecho con la boca. Cuando terminé, vi a Caleb mostrándome su esperma en la boca, supe al instante lo que quería. Abrí yo misma mi boca y Caleb escupió su semen en mi boca. Al igual que Karo, me lo tragué entero y me acosté en la cama, esperando que Caleb me usara a como él quisiera.
- Ya sólo con esto eres mejor que Karolina.
- No hablemos de ella, no digas su nombre, es raro.
- Mejor hablar de ti - Me dijo mientras se colocaba encima mío y acercaba su pene a mi orificio, juraría poder sentir el calor de su verga a milímetros de mi labia.
- Está muy grande tu cosa.
- La tuya también está grande.
Sin decir más, Caleb empujó sin piedad alguna su miembro al interior de mi vagina y, con su mano en mi mejilla, me besó a la vez que ...
... ahogaba mis gritos de dolor y placer con la lengua.
Era horriblemente placentero. Me estaba lastimando, pero también causaba un extraño cosquilleo, pero si no me hubiera besado, mis gritos de habrían escuchado hasta el otro lado del país, mis ojos lagrimeaban, pero él lo parecía estar disfrutando, sus ojos cerrados mientras que los míos estaban bien abiertos. Como ya dije, me dolía y quería hacérselo saber, pero no quería decirlo. Hundí mis uñas lo más que pude en su espalda, rasguñé y hasta tuve ganas de morderlo, pero poco a poco nuestro beso se fue suavizando, su cogida no, pero era más pasional el tener nuestros labios juntos que doloroso su miembro en mi vagina.
- Eres perfecta, Mariana, aprietas lo justo y necesario. Además, no tengo que estarte - Echó sus caderas MUY para atrás - ¡cuidado! - Dijo a la vez que hundía su pene con más fuerza en mi vagina, dejando ir todo, TODO. No grité, no dije nada, solamente sonreí con mis ojos llorosos y mareada, no quería quedar como menos que mi hija. Había visto a Karolina aguantar esta verga como campeona. Yo tenía una vagina más grande, era mayor y mejor en el sexo, claro que podía aguantarlo mejor.
- Tú también eres perfecto - Dije sin apenas fuerzas.
- ¿Te molesta si voy rápido?
- No, amor, tú hazme lo que quieras - Dije sin pensar.
Y, Dios, cómo pagaría tan caro esas palabras, pero cómo las disfrutaría también.