Su esposo goza al máximo viéndonos
Fecha: 18/01/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: semental_de_esp, Fuente: CuentoRelatos
... ilusionado por tener a esta linda mujer al frente mío y en ese instante ya podía olerla, toparle su pelo, su piel, era un sueño haciéndose realidad.
Como hace 9 años no había ido a su ciudad estaba muy cambiada y yo estaba muy admirado de los cambios que habían sucedido, era como volver a conocer Guayaquil, me dijeron que me harían conocer lo hermosa que está su ciudad y eso hicieron, comenzamos a dar vueltas por todos los puntos cardinales de la ciudad y yo iba recordando y reconociendo cada lugar, mientras a ella la besaba en la boca, le sobaba las tetas ricas, duras que parecían dos melones que se salían de su pecho, en su cuello le acariciaba los huesitos divinos que tiene debajo de su quijada al final de su garganta, ella seguía adelante de copiloto y yo en el asiento trasero, aun así mis avances eran buenos, me indicó que había ido vestida tal y como le pedí sólo por complacerme a mí y al alzar su falda tan cortita la más chiquita que he visto en mi vida me indicó que llevaba una tanguita brasilera que le quedaba deliciosa en sus armoniosas formas que sólo era sujeta por unos dos lacitos que llevaba en cada muslo, después de morbosearnos mucho y en ocasiones darnos besos y caricias con mucho amor del puro tierno cómo ya habíamos dado vueltas por los principales lugares turísticos de la ciudad Gaby dijo que tenía hambre y Miguel se puso en marcha después de preguntarle que qué es lo que se le antojaba y le dijo que unas hamburguesas y nada más, yo no quería comer, más ...
... bien quería comerla y me abalancé hacia ella, a Miguel le iba felicitando por el buen gusto y la suerte de tener como esposa y madre de sus hijos a semejante hembra él sintiéndose orgulloso y complacido sólo sonreía tímidamente mientras discernía en sus pensamientos que efectivamente era así.
De Miguel nació la buena idea de que Gaby se pase al asiento trasero para que estemos más cómodos sin que nos estorbe ni nos separe el espaldar del asiento, de hecho eso yo lo quería hace rato pero fui paciente en esperar a que él mismo lo dijera en señal de respeto hacia su relación.
Gaby ni corta ni perezosa a penas lo escuchó con lo menudita que es y muy flexible también, puso su pie a un lado del freno de mano impulsándose sobre del hombro de su esposo cayó encima mío lanzándose como leona al acecho de su presa, yo como no soy una presa fácil de cazar, le di mucha guerra, los vidrios del carro eran polarizados o ahumados y sólo el parabrisas de al frente no tenía esta película protectora que esa noche fue cortina de nuestros actos lascivos que hicimos en el asiento de atrás mientras su esposo sólo conducía viendo de vez en cuando por el retrovisor lo que le hacía y me hacía esa bella mujer que es su esposa.
Llegamos al sitio dónde vendían las hamburguesas y había mucha gente fuera a pie y en carros, Miguel se bajó a comprar y nos quedamos mimándonos y disfrutando de estar solos, le cogí su panochita rasurada y estaba muy mojada, -me dijo- ésta noche es completamente tuya mi ...