1. HASTA LA CIMA - QUINTA PARTE


    Fecha: 20/01/2022, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos

    ... y la única que encajaba con el estilo de la escenografía como si fuese parte de ella. Reprimí la necesidad de pedirle a Massimo que me tomase una foto. Adrián lo hubiese hecho sin pensar.
    
    Nos colocaron en la mesa de nuestra reservación y me divertí al encontrar libros de pintura sobre de ella, como parte de la decoración. La primera persona que se presentó en nuestra mesa nos explicó que parte de la experiencia estaría estructurada según las distintas formas de expresión en el arte, lo cual me dejó con la boca abierta.
    
    —¿Qué tanta imaginación necesitas para relacionar la comida con el arte? —le pregunté a Massimo.
    
    Massimo negó.
    
    —Realmente no necesitas imaginación para eso —alegó—. Necesitas pretensión, que es diferente. El dueño de este lugar es un hombre de gran ambición.
    
    —¿Lo conoces? —volví a preguntar.
    
    Massimo volvió a negar.
    
    —Él me conoce a mí —respondió—. Quiere hablar de una inversión a futuro y yo decidí visitar el lugar.
    
    —Espera —corté—. Entonces esto es una cita de negocios. ¡Me mentiste!
    
    Massimo se echó a reír.
    
    —No, no es una cita de negocios. Los negocios vendrán algunas semanas después —dijo—. Esto es... solo una cita.
    
    Yo asentí con cierta incredulidad sabiendo, de alguna forma, que no mentía del todo. Para realizar una inversión no era necesario visitar el lugar, era más bien una cuestión de números. Emilio me lo había explicado durante el mes de capacitación previo. No se trataba de que tan bonito pudiera parecer un producto, o ...
    ... que tan fantástico pudiera ser un lugar, se trataba de expansión, valuaciones, porcentajes y puntos, demanda, escalabilidad, ventas, entre otros cientos de cosas. Así que, sentados en aquel restaurante cuyo dueño buscaba una inversión, un aliado o un socio, no podíamos saber ninguna de las cosas que necesitábamos para tomar en serio su petición.
    
    En conclusión, parecía ser más una cita que una cuestión de negocios. Sobre todo, porque Massimo me miraba a mí y no le prestaba mayor atención a su entorno.
    
    Fue complicado mantener una conversación fluida puesto que parte de la experiencia requería la explicación del personal del restaurante. Preparaban las presentaciones de los platillos en la mesa y te explicaban de dónde había surgido la idea de cierto montaje, o cierta combinación de sabores. Te servían fresas que parecían tomates, y tomates que sabían a fresa. Yo era la única que preguntaba cualquier cosa:
    
    ¿es esto comestible? ¿Cómo han hecho flotar eso? ¿Cómo te imaginas un sabor al mirar una obra de arte? ¿Esto se rompe con la cucharilla o solo se muerde?
    
    Pero Massimo no preguntaba nada, ni siquiera prestaba atención a las explicaciones sobre la estrecha relación entre la gastronomía y el arte. Miraba de reojo la intensidad con la que sus ojos me retrataban, y el placer que le causaba mi asombro. Ni siquiera se preguntó cómo habían podido cambiar la escenografía tan rápido cuando nos llevaron a la cocina por una bebida y regresamos para encontrarnos con que todo lo ...
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