1. Karla la vecina


    Fecha: 23/01/2022, Categorías: Hetero Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    ... apretaba mis testículos, me encantaba verla vestida y mamándome mi duro palo.
    
    L: ¡Uf, Karla!
    
    K: ¿Te gusta?
    
    L: ¡Sigue así, uf, eres genial!
    
    K: ¡Y apenas empiezo!
    
    Siguió devorando mi pene un rato más, me retorcía como loco, me hacía jadear y gemir, me estaba dando la mejor mamada de mi vida ene se momento.
    
    Después de llevarme al cielo con su boca, Karla se puso de pie y se despojó de su vestido, mostrando su rica figura blanca, sus pezones claros y su vagina depilada, se acostó sobre mí y siguió besándome, sentía su suave piel, le acariciaba las nalgas y sus muslos, Karla tenía 31 años en ese momento, era tres años mayor que yo, mostraba la experiencia que tenía en el sexo, con mis dedos apretaba su clítoris, su vagina empezó a humedecerse, me besaba el cuello, yo le besaba su cuello y tetas, más que sexo parecía que hacíamos el amor, las caricias y besos dominaban en ese momento.
    
    Finalmente, Karla se acomodó y empezó a cabalgarme, mi verga entraba suave para ser apretada por su rica vagina, se movía a ritmo de una balada, su movimiento era fenomenal, yo respiraba agitadamente, ella me ponía a mil por hora, sentir sus piernas tocarle las tetas me hacía estar en la gloria, se agachaba a besarme, empecé a moverme también, la combinación de nuestros movimientos era fenomenal, ¡ambos gozábamos de la nueva aventura que se había iniciado!
    
    K: ¡Que rico, ah!
    
    L: ¡Eres fenomenal nena!
    
    K: ¡Me haces sentir maravillas, uf, que duro!
    
    L: Ahora entiendo, ¡que ...
    ... estúpido el que te dejo!
    
    K: ¡No hables de él, mejor sigue haciéndomelo!
    
    L: ¡Uf, nena, como digas!
    
    La acosté en el catre y la cogí de misionero, le besaba el cuello, le apretaba sus tetas, me movía como un gusano, ella gemía, se mordía su labio inferior y hacia muecas excitantes, levanté sus piernas y le hice patitas al hombro, la ensartaba fuerte, me movía rápido, me encantaba como me abrazaba con sus piernas, le acariciaba sus pies, ¡me la estaba cogiendo rico!
    
    K: ¡Ah, Luis, que rico, dios!
    
    L: ¡Nena, me estás haciendo gozar rico, agh!
    
    K: ¡Sigue, muévete, que dura, me encanta!!
    
    L: ¡Ah, aprietas rico, eres una belleza y una bestia sexual, agh!!
    
    Me puse de pie, levantando sus piernas poniendo su pies en mi cara y en una tipo “L” creada por nuestros cuerpos, la penetre, le besaba sus pies mientras la perforaba, ella se apretaba sus tetas y me pedía más, se notaba que necesitaba sexo desde hace mucho, disfrutaba abriendo y cerrando sus piernas como tijera, a veces mientras la embestía empujaba sus piernas hasta que sus rodillas tocaban su frente, así más abierta mi verga entraba más hasta el fondo de su rica vagina, la besaba y luego la embestía tan fuerte como podía, el catre rechina fuerte, incluso el vecino de abajo pego en el techo, pero eso no nos detuvo, continuamos con nuestro rico momento sexual!
    
    K: Papacito, agh, que rica verga, ¡me encantan las vergas como esta!
    
    L: ¿Hace tiempo no tenías sexo verdad?
    
    K: Casi un año y medio, necesitaba ...