1. Van Gogh Alive: The Experience


    Fecha: 24/01/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... mindundi”, es lo que pienso, pero no es lo que digo.
    
    —Me parece bien, —le contesto.
    
    Roberto pide la cuenta y no me deja pagar, y yo, por supuesto, me dejo mimar. Cuando me levanto me doy cuenta de que el vino se me ha subido a la cabeza y doy un traspié. Él me coge al vuelo y quedamos uno frente al otro como dos tontos enamorados. Bueno, yo sí que lo parezco. Sus labios quedan frente a los míos y no puedo evitar comerle la boca. Él me devuelve el beso y nos quedamos morreándonos unos segundos mientras los comensales de otras mesas nos miran, pero me da igual. Parezco quedarme sin aire con el beso. El sabor a café de su beso me embriaga, pero también activa mis terminaciones nerviosas, endurece mis pezones y puedo sentir como mi raja se abre como los pétalos de una flor en primavera.
    
    —¿Te apetece ir al pub?, —le pregunto.
    
    —No, —responde tajante, y salimos del local en dirección a mi hotel.
    
    Al entrar en la habitación nos deshacemos de los abrigos, me coge por la cintura y retomamos el beso que dejamos a medias en La Tagliatela.
    
    Sus manos se pasean por mi espalda y una de ellas desciende buscando mis curvas.
    
    —Me gustas mucho, —se sincera el profesor de historia del arte.
    
    —Tú a mí también, —le respondo entregada, y ambos nos dejamos caer en la cama para seguir con el magreo.
    
    Roberto me quita el suéter atropelladamente. Después hace lo mismo con el sujetador. Admira mis pechos erguidos, los coge y los lame, primero uno, después el otro. Una mano furtiva ...
    ... se desliza hasta mi entrepierna, deteniéndose en ella y apretándomela a través de la tela del pantalón, mientras disfruto de sus caricias a la espera de que me desnude completamente. No se hace de rogar. Me desabrocha el pantalón, me lo quita y me quedo con mis diminutas bragas. Es ahora que la vista de Robert Downey se deleita contemplando mi desnudez. Su ansiedad le impide esperar a que yo le desnude. Se pone en pie, se quita la chaqueta, después la camisa y yo me recreo un breve instante contemplando su anatomía. No posee un cuerpo de gimnasio, pero su genética le ha dotado de un físico fibroso perfectamente modelado.
    
    Roberto se deshace de los pantalones apresuradamente. Yo me relamo esperando el premio y él se muestra desnudo exhibiendo una erecta verga que parece una percha adornando su cincelada anatomía.
    
    Mi cuerpo vuelve a segregar fluidos. Él se pone encima de mí para que restreguemos nuestra piel desnuda. Las manos de Roberto colisionan con las mías en su ruta de exploración por ambas fisionomías. Mis manos se aferran a su culo y lo aprieto con saña hasta hacer que se queje.
    
    Él me besa, explora mi boca y luego sigue su camino hacia el lóbulo de la oreja, desciende por el cuello, entretanto, su mano acaricia mi estómago y circunvala el monte de venus para deslizarse por la pierna. Su lengua repasa mis pezones, luego se descuelga por mi barriga dando repetidas vueltas por el ombligo buscando la humedad de mis pliegues y yo ahogo la respiración cuando la lengua ...
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