El macarra
Fecha: 25/01/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... deja a él, lo cual me subiría bastante la moral. Cuando se lo dije por mensaje no pareció demasiado entusiasmado pero sí que aceptó.
Quedamos un día de entresemana, para una cita normal sin pretensiones, unas cañas y tapas y ya está. En casa, arreglándome para salir, me sentía nerviosa e inquieta, con una mezcla a partes iguales de excitación y de inseguridad. Esa actitud altiva y chulesca de Nacho me hacía sentirme como si no fuera lo suficientemente atractiva.
Ya en el sitio, yo llegué con diez minutos de antelación y él, como siempre, tarde. Nos dimos dos besos y yo estaba tan nerviosa que seguro que se me notaba, me temblaban las manos y probablemente también la voz. Ahí ya noté una particularidad de él: que és muy “tocón”, ponía su mano sobre mi cuerpo, no en partes comprometidas, pero por ejemplo al darnos dos besos ponía sus manos en mi cintura, o al caminar me dejaba pasar delante y me guiaba con la mano en la parte baja de la espalda, o al charlar me tocaba las manos, lo cual es curioso al no tener confianza entre nosotros, y era una cosa más de él que me incomodaba. Nos sentamos en una mesa con unas jarras de cerveza y unas raciones de cosas super ricas.
Entre las cañas y que la verdad es que era bastante buen conversador, me lo pasé bien y me reí bastante. No puedo negar que era interesante y seductor. Lo único malo es que al salir y pagar dijo que se había dejado la cartera en casa y tuve que pagar yo. Al salir dije que se me hacía tarde (no era verdad) y ...
... que me iba al metro y a casa, él dijo que se iba a casa andando porque le pillaba cerca, así que nos dimos otros dos besos de despedida, que fue cuando él aprovechó para en lugar de besar mis mejillas, plantarme un beso en la boca. Y qué beso... intenso y pasional, con algo de lengua pero no mucho. Sonriendo como una tonta le dije adiós y me metí al metro.
Los días siguientes yo estaba como una adolescente, pensando en esa cita, y deseando que hubiera una segunda, aunque no sabía si él también quería una segunda cita. Afortunadamente así era, y quería quedar ya directamente en mi piso. No se porqué en el suyo no se podía, no me lo quería aclarar. Y en el mío la cosa estaba difícil, siempre había alguien en casa. Así que pensé en no ir un día a clase y quedar con Nacho cuando mis dos compañeras estuvieran en la uni.
Por fin llegó el día, era por la mañana, no muy romántico pero no había otra forma. Me arreglé concienzudamente, me depilé absolutamente todo, para la ropa no sabía que ponerme porque al ser entresemana por la mañana no podía ir muy formal, pero tampoco iba a ir en chándal. Al final me puse un vestido ligero veraniego, estampado, de colores claros. Le ví llegar por la ventana y llevaba unos vaqueros normales y camiseta. Mientras esperaba a que subiera en el ascensor, de nerviosa que estaba, notaba claramente el corazón aporreando mi pecho.
Había preparado dos copas de vino para relajarnos y romper el hielo, pero en cuanto entró, cerró la puerta y empezó a ...