1. Beatriz y Carlos, casualidades.


    Fecha: 28/01/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cuestión de tiempo, un día quedaron todos los compañeros del trabajo a tomar una cerveza; otro lunes, el día más tranquilo, se volvió a repetir la escena y como si de una obra de teatro se tratara, iban pasando los actos, aunque se repitieran las escenas, la trama seguía su curso, los actores representaban su función cual figurantes de papel. ¿Y quién dirigía tan magna representación? Supongo que el deseo.
    
    A veces las casualidades existen, otras son dudosas pero se dan y así ocurrió que las dos parejitas se encontraron en un pub y de ese primer encuentro nació una copa, a la que se añadió otras muchas que hicieron nacer una amistad. ¡Qué bonito! ¿Verdad? Pues no sé si es bonito o feo pero fue lo que ocurrió como tampoco sé cómo definir la relación que surgió de ahí, ¿amistad? Lo dudo, pero definámosla así, al menos por la ilusión de Bea.
    
    Copas, baile, confidencias y revelaciones, lo inevitable cuando el contacto humano se hace intenso, cuando la juventud queda deslumbrada, fascinada por lo que desconoce, por lo que los demás nos venden como atractivo. Y era inevitable, llegó la invitación a una cena de parejitas en casa de Sara.
    
    En casa de Bea se palpaba la excitación, el nerviosismo y el entusiasmo por la cena, qué ponerme, qué llevar, qué decir, qué opinar…
    
    -¿Esto me queda bien?
    
    -Que siiiiiiiiii, Bea, ¡que estás preciosa!
    
    -Pues no sé, parece que me hace muy gorda.
    
    -No pasa nada, ponte lo que quieras, hay tiempo.
    
    …….
    
    -Vamos que se nos hace tarde, ...
    ... que llevas una hora probándote ropa.
    
    -Ya termino, me pongo este vestido, quede como quede.
    
    Os puedo asegurar que estaba preciosa, era un vestido algo veraniego no obstante ya estábamos a finales de septiembre, seguro que luego le dará frío, pero bueno, ¿quién le dice eso?, lo que faltaba para que no saliéramos nunca, jejej…
    
    Aún recuerdo esa imagen, me estremezco y emociono. Yo, narrador de una historia, al fin y al cabo tengo el poder de entrar en su mente, veo las imágenes como si me hiciera invisible. Transito alrededor de ellos, los huelo, soplo los vaporosos tules. Bea llevaba una luminosidad, un destello especial alrededor de sus ojos, Carlos se sonreía pero era tremendamente feliz de verla, casi se le caía la baba al mirarla como en más de una ocasión le había dicho su abuela.
    
    -Carlos, hijo mío, que no se te note tanto.
    
    -¿Y qué tiene de malo, abuela?
    
    -Las mujeres somos quienes movemos el mundo y como marionetas a los hombres. Ten cuidado, ve poco a poco.
    
    Pero es que no lo podía evitar, igual es que tampoco quería. Yo era feliz y me resistía a que el universo no fuera testigo de ello.
    
    II.- ELLA- shock.
    
    Me sentía inquieta, agitada y a la vez ilusionada por la cita, por nada del mundo me gusta quedar mal, no quiero destacar ni ser el centro de atención pero sí que al menos reconozcan mi pequeña aportación. Así que como suele ocurrir en estos casos, no me decidía por lo que debía ponerme, sin embargo Carlos, que estoicamente aguantaba mis dudas, ...
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