1. Beatriz y Carlos, casualidades.


    Fecha: 28/01/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tema. Pero es que la imagen de Sara también entraba en mi entregada mente, rendido al recuerdo de tantos momentos como se presentaron a lo largo de la noche, donde mis ojos siempre descansaban sobres sus pechos que ella tenía a bien mostrarlos cuando era consciente de que había atraído mi atención
    
    -Qué guarro eres, seguro que sí, igual que Alberto no me quitaba ojo de las tetas, lo único que le faltó es pedirme que se las mostrara jejej….
    
    Sería por mi extrema excitación o por lo que fuera, la realidad es que entré en su juego y le dije
    
    -Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
    
    Y ese fue el maravilloso inicio de una nueva etapa en nuestras ya de por sí buenas relaciones sexuales, el meter en nuestra cama la imagen de otras personas, especialmente conocidos. Si morboso era imaginar que Alberto o que Sara eran los que nos follaban, no quiero decir el punto de excitación que suponía que esas personas luego, en un momento determinado, estuvieran a tu lado, estuvieran hablando contigo, era imaginar que ellos sabían lo que tú habías imaginado y que participaran de lo que tú hacías con ellos. En cierta manera ese principio de nervios te llevaba a un punto de excitación increíble y no fue una sino muchas las ocasiones en las que estando con ellos, tuve que ir al servicio a masturbarme. Eso lo sabía Bea puesto que entre nosotros no había secretos, siempre había sido una de las premisas fundamentales en las que basamos nuestra relación, la sinceridad absoluta, era algo que, al menos yo, ...
    ... llevaba a rajatabla. Y pienso que ella también pues no dejaba de contarme sus sensaciones cuando estábamos en la cama, así que también era consciente de que muchas de las veces, cuando estábamos con ellos e iba al servicio me preguntaba con una sonrisa, si me había tocado, de mí escapaba un gesto que era un guiño a la dulzura del momento.
    
    -Guarro!!!!!!
    
    De ese primer momento de excitación imaginando lo que vivíamos con otros en nuestros sueños y fantasías pasamos a un peldaño más elevado, le pedí que les enseñara algo de carne y por supuesto que me lo contara con pelos y señales.
    
    V.- ELLA- vergüenza.
    
    Aquella mañana, cuando llegué al trabajo, ya sin los efectos del alcohol o del morbo de la cena, me quería morir por la vergüenza que sentía. Sara, cuando fue consciente de que había llegado me llamó de forma inmediata a su despacho. El estómago lo sentía revuelto, los nervios no me dejaban ni respirar, la boca la notaba tremendamente seca, escalofríos recorrían mi espalda, excesiva sudoración de las manos, hasta el pipí parecía que se quería escapar... Cuando entré no sabía dónde posar mis ojos, ella con una sonrisa en la cara me ordenó que cerrara la puerta y me acercara.
    
    -Ven, más cerca y súbete la falda.
    
    Indecisa en un principio, al final lo hice mirando a la pared, sintiéndome ausente de aquel momento, de aquella escena, pero en el fondo deseando que el director gritase CORTEN. Pero nada de eso estaba ocurriendo, la escena seguía y así llegaría la siguiente ...
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