El pasado de Ale
Fecha: 28/01/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos
... su coño. No resultó complicado, Ale estaba lubricando contundentemente. Cuando la punta de mi polla entró en su coño, Ale soltó un gemido profundo. Por suerte la gente estaba ya borracha y además en el sótano la música retumbaba y se oía por toda la casa. Seguí empujando lentamente hasta que la mitad de mi polla estuvo dentro. Ale cerró los ojos de placer, de liberación. Saqué la polla hasta la punta para volver inmediatamente a meterla, a la misma velocidad pero esta vez hasta el fondo, hasta los huevos. Estaba completamente dentro de Ale, mi entrepierna tocando la suya, sintiendo su tripa totalmente contra la mía, sus muslos apretando con su cara interior mis piernas, sus piernas entrelazadas contra las mías, sus manos sobre mis hombros. Con mi polla totalmente dentro me acerqué para besarla en la boca. Nos fundimos en un beso. Empecé entonces a sacar la polla y meterla a más ritmo mientras seguíamos besándonos. Ale dejaba de besarme de vez en cuando para soltar suspiros y gemidos con sus labios pegados a los míos. Soltó sus manos de mis hombros para quitarme la camiseta, quedando mi torso desnudo. Se agarró a mi cuello y se acercó contra mí mientras seguía follándola a un ritmo cada vez más fuerte y ruidoso. Sentí el tacto de sus preciosas tetas contra mi pecho desnudo. Su magnífico culo sobre el mueble, sus piernas alrededor de las mías, sus manos alrededor de mi cuello, sus tetazas contra mi pecho y su tripa contra la mía, mi polla entrando y saliendo dentro de ella ...
... continuamente mientras nos besábamos pasionalmente. Estábamos desbocados. Mi polla entraba y salía sin ningún problema, su coño lubricaba constantemente. Entraba hasta el fondo y salía. Mis manos seguían en su cintura ayudándome a mantener el ritmo frenético. Llevábamos ya unos cuantos minutos follando, Ale gemía sin ningún pudor ya. En mi mente una voz lejana me decía que hiciésemos menos ruido, pero en esa situación era difícil hacerla caso.
Reduje el ritmo y moví una mano de su cintura a sus tetas. Me encantaban, quería tocarlas y sobarlas. Me entraron ganas de morder sus pezones. Saqué mi polla de su coño y me abalancé a lamerle las tetas mientras las seguía sobando con ambas manos. Mordí sus pezones con cuidado, los lamí, me metí sus tetas en la boca, las apreté con las manos. Ale estaba apoyada con una mano en el mueble echando la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados, mientras con la otra mano acariciaba la parte de atrás de mi cabeza. Lo estaba disfrutando tanto como yo.
Tras casi un minuto en el que yo no me cansé de sus tetas, Ale tiró levemente de mi cabeza y mirándome a los ojos me dijo:
- Levántate, córrete en mi boca.
Ale me estaba pidiendo que me corriese en su boca. Aunque era difícil, me puso aún más cachondo. Me imaginaba el tremendo placer de esa boca alrededor de mi polla. Pero yo tenía otros planes. Ale era mía, de nadie más.
Sin dejarla bajarse del mueble, la mantuve sentada y cogiendo mi polla la volví a colocar en su coño, empujando ...