1. El pasado de Ale


    Fecha: 28/01/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    ... finalmente una lágrima que cayó por su mejilla.
    
    No la hice caso, me puse frente a ella, la acaricié la mejilla limpiando la lágrima que caía con la palma de mi mano. Más lágrimas cayeron por sus mejillas y giró su cara para tocar totalmente con ella la palma de mi mano.
    
    - No! – volvió a susurrar – no me hagas esto por favor – dijo en voz baja.
    
    Estaba en el punto de no retorno. Acerqué mi boca hacia la suya, manteniendo su cara firme con mi mano. Opuso algo de resistencia, pero no lo suficiente. Mi otra mano se dirigió a su cadera. Me acerqué y mis labios tocaron los suyos. Por primera vez Ale y yo nos estábamos besando. Cuando nuestros labios se juntaron, Ale soltó una gran expiración. Su cuerpo temblaba fuertemente. Bajé la mano de su cara para colocarla en la cadera. Ahora la tenía sujeta con ambas manos por la cintura. Mis labios besaron los suyos con suavidad. Tenía unos labios carnosos, suaves. Sus labios temblaban también, tanto como su cuerpo. No me había apretado contra ella, pero noté su incipiente vientre rozándome. Era una sensación extraña, pero me gustó. Yo era media cabeza más alto que ella, y su embarazada barriga rozaba mi bajo vientre. Todavía sus labios temblando, sentí que su boca se abrió ligeramente y aproveché para meter la lengua cuidadosamente. Toqué su lengua con la mía y Ale volvió a soltar un suspiro. Esta vez lo sentí entrando en mi boca. Con mi lengua ya totalmente dentro de su boca, empecé a besarla con más pasión. Con las manos ...
    ... sujetando su cadera, la apreté contra mí tirando de ella. Su barriga se clavó en mí, sus muslos se juntaron con los míos, y a pesar del pequeño obstáculo que representaba su embarazado vientre, sentí el tacto de sus tetas contra mí. Ella seguía con sus manos apoyadas en el lavabo pero noté que empezó a besarme y no solo a ser la receptora de mis besos. Entonces noté un ligero tacto de su mano sobre mi brazo que estaba sujetando su cintura. Muy poco después noté su otra mano haciendo lo mismo. También empezaba a besarme con más rapidez y noté que empezaba a mover ligeramente su cadera intentando acercarse aún más a mí. Su barriga se clavaba más aún en mi bajo vientre y sus tremendas tetas se acostaban más aún sobre mi pecho. Me encantaba sentir sus tetas contra mí, era una sensación única. Ahora mismo Ale tenía sus dos manos ya sujetando mis antebrazos sin ningún reparo, apretándose lo más posible contra mí, mientras yo la sujetaba de la cadera. Ya me besaba al mismo ritmo que lo hacía yo, nuestras lenguas se entrelazaban con velocidad. Era verano y yo llevaba un pantalón de material ligero por lo que notaba bien que su entrepierna se estaba calentando. Nos estábamos ya besando apasionadamente y Ale movió sus manos para rodearme el cuello.
    
    Se había calentado en un momento tras el temblor y miedo inicial. Se notaba que lo llevaba deseando mucho tiempo. Además siempre se dice que las embarazadas se ponen cachondas enseguida, seguro que eso también ayudó.
    
    Con el paso que acababa de ...
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