Lucía (Cap. III): Un inesperado sacrificio
Fecha: 29/01/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Manuman, Fuente: CuentoRelatos
Así fue como lo que pudo ser un fin de semana de puro sexo con la hermosa Lucía, terminó convirtiéndose en una de mis peores pesadillas. Recuerdo ir sentado en la parte posterior de una patrulla, con las manos esposadas y con un policía custodiándome a cada lado. Recuerdo haber llegado al ministerio público, donde me encerraron en “los separos”, esa especie de pecera deprimente a donde van a parar los infelices que son arrestados y que sirve de antesala a la prisión.
Un rato después de que me revisara un médico legista, me hicieron pasar al escritorio de un sujeto con pinta de borracho trasnochado, un agente del ministerio público, quien sentado detrás de una vieja computadora, tomó mi declaración. Luego, me permitieron hacer una llamada telefónica. Pero habiéndome despojado de mi celular (de hecho, al meterme en los separos me obligaron a quitarme hasta las agujetas), no fui capaz de recordar otro número que no fuera el de Jennifer, mi ex esposa, quien contestó luego de unos segundos, a pesar de no reconocer el número que apareció en la pantalla de su teléfono.
Escuchar la voz de Jennifer ayudó a que me calmara, sobre todo porque si alguien podía ayudarme era precisamente ella. Nos seguíamos llevando muy bien aun después de haber pasado un año desde nuestro divorcio, aunque en cuanto mi ex mujer supo mi situación, se volcó en airados reclamos contra mí. Logré explicarle más o menos lo que había pasado, que esa mañana, al llegar a la oficina, me había encontrado con ...
... que alguien había asesinado a Filemón, el guardia en turno del edificio de oficinas donde yo trabajaba. Que no entendía por qué la policía me había detenido, ni mucho menos por qué me consideraban sospechoso. En fin, le dije todo, pero omitiendo que había pasado las dos últimas noches disfrutando de cogerme a Lucía, la mujer más atractiva de la oficina y que por eso me había ausentado en la casa que Jennifer y yo todavía compartíamos tras nuestro divorcio. No sé bien porqué, pero por un momento sentí como si aún estuviésemos casados y el hecho de haber estado con mi hermosa compañera de trabajo, follando con ella como dos adolescentes en celo, fuese una traición hacia Jennifer.
Mi ex mujer es abogada (aunque dejó de ejercer activamente para dedicarse a impartir clases de derecho hacía menos de un año). La conocí y nos hicimos novios en el tiempo en que íbamos en la universidad (yo estudiaba administración de empresas, ella leyes) Jenny hacía su servicio social, precisamente en la alcaldía a la que me habían llevado detenido, las mismas instalaciones en donde ella había trabajado durante varias administraciones.
Bueno, pues ahí estaba yo, un matrimonio y un divorcio después, hablándole por teléfono a Jennifer, para pedirle que acudiera en mi ayuda –Te lo juro, Jenny ¡Soy inocente! Yo no lo maté… Tú me conoces. Jamás haría algo así- Recuerdo haberle dicho, al borde del llanto.
Ella, con esa autosuficiencia de la que siempre hizo gala cuando de cuestiones profesionales se ...