1. Las fotografías despertaron su calentura


    Fecha: 05/02/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... habíamos bailado y bebido unos tragos antes de eso, pero ese día yo estaba bastante relajada y entregada a la situación, sin importar que apenas lo habíamos conocido. Fue chévere.
    
    En otra fotografía, su actual corneador la está penetrando en la posición del misionero y el rostro de ella expresa una satisfacción inmensa con lo que está pasando. Bueno, Wilson no es un tipo que digamos atractivo, pero tiene un algo que hace que yo desee estar con él. ¿Y no será el tamaño de su verga lo que te convence? Me atreví a preguntar. No, contestó ella, porque no lo conocimos desnudo y, antes de eso, ya sentía yo su energía, incluso antes de salir con él. Cierto es que, cuando estuve cerca de él y lo sentí cerca, la calentura subió. Y ya no hubo dudas. ¿Recuerdas? ¡Claro! Como si fuera ayer, dije.
    
    Y así estuvimos, casi hasta la media noche, repasando todas sus aventuras, sus encuentros, poses, las miradas, los gestos en su rostro y, en medio de aquello preguntó, ¿no te disgustan mis caprichos, ¿verdad?, de pronto son inseguridades mías. Bueno, pues eres tú quien las resuelve, dije. Fotos y conversación, todo eso hizo que la comunicación mejorara y luego, abrazados, nos dormimos.
    
    Al día siguiente tuve que ir hasta mi empresa y, estando allí, recibí una llamada de ella. Hablé con Wilson, está disponible hoy, y no sé si tengas tiempo para que nos veamos con él. Hoy es martes, anoté. El ambiente en los alrededores no es el mejor en esos lugares. Pues, dijo ella, se trata de que ...
    ... nosotros hagamos el ambiente ¿no te parece? Bueno, dale. ¿Cómo a qué hora nos encontraríamos?, preguntó. No sé, temprano, dije, con eso, si se alarga la cosa, no nos trasnochamos mucho. Creo que a las 7 pm está bien, dijo. De acuerdo, contesté. Llego como a eso de las 4 pm, anoté. Okey, dijo ella.
    
    Cuando iba de camino a casa, recibí una llamada de Wilson, el corneador. Hola, contesté. Hola, me dijo, No sé si sabía; me llamó la patrona. Y ¿por qué le dice así?, pregunté. Por qué ella es la que ordena, me contestó riéndose. Y quería saber si ella desea algo especial, pues, para complacerla. Pues, lo de siempre, dije, ella lo que extraña es las cogidas magistrales que usted le da y sentir su verga dentro. ¿Le parece poco? Espero no decepcionarla, me replicó. Váyase pintoso y bien perfumado. No se preocupe, contesto. Bueno, más tarde nos vemos.
    
    Cuando llegué a casa pude darme cuenta que ella había estado en el salón de belleza. Tenía su cabello arreglado, cepillado. Su cara maquillada y sus labios pintados con un rojo intenso, al igual que las uñas de manos y pies. Supuse que quería hacer de aquel encuentro algo especial y metérsele por los ojos a su corneador, de tal manera que este se esmerara en atenderla como ella esperaba. Las características del encuentro, sin embargo, se apartaban de su modelo de relación, porque aquel no la iba a cortejar, a tratar de conquistarla, sino que, encontrados, y ambos con deseos, como siempre, la desnudez y la satisfacción del deseo no se ...
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