1. Las fotografías despertaron su calentura


    Fecha: 05/02/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... Abrieron la llave del agua y bien pronto el recinto se llenó de vapor; el agua estaba caliente. Él tomó la iniciativa, cerró la llave del agua y empezó a enjabonarla a ella, llenándola de espuma en todo su cuerpo. Mientras lo hacía, ponía especial atención en estimular su clítoris. Ella, en respuesta, hizo lo mismo, enjabonando todo su cuerpo y, desde luego, con énfasis en su miembro que ya para ese momento estaba endurecido y erecto.
    
    La mutua enjabonada sirvió de pretexto para que él arrimara su cuerpo al de ella y, en un estrecho abrazo, la besara. Ella no lo rechazó y, por el contrario, hizo de esa caricia un simulacro de cópula, sólo que estaban ambos de pie y, por la diferencia de altura, una penetración en esa posición resultara imposible, a menos que ella se apoyara sobre algo. Pero no habiendo como, ella, percibiendo la dificultad, se puso de espaldas a él, apoyo sus manos en las llaves de la ducha e inclinado su cuerpo, meneó sus nalgas, ofreciéndoselas a aquel.
    
    El no desaprovechó su gesto y, rápidamente se apresuró a penetrarla. Ella abrió la llave del agua y aquella follada se dio estando los dos bajo un chorro de agua caliente. Wilson acariciaba los senos de mi esposa mientras empujaba y empujaba, y ella, apoyada en las llaves, tan solo resistía sus embestidas. No paso mucho tiempo para que empezara a gemir, a mover sus caderas, a contorsionar su cuerpo, mientras Wilson la atenazaba por sus caderas para que no se fueran a desconectar. Ella, totalmente ...
    ... excitada, gimió de lo lindo y pareció haber alcanzado su orgasmo, de modo que aquel se retiró su miembro todavía erecto y, sin vergüenza, le pidió a ella que se lo mamara.
    
    Mamita, deme ese regalo, ya que hoy no lo hemos hecho. Y ella, obediente, tomó su pene en las manos y se lo llevó a la boca. Seguramente él, también, ya estaba próximo, porque no tardó en venirse. Y ella, aprovechando que caía agua sobre ellos, siguió chupando aquel miembro hasta que fue perdiendo dureza y las cosas se fueron calmando. Estuviste súper, dijo él. Llámame cuando quieras, que siendo así vengo sin tardanza, dijo. Ella tan sólo contestó sonriendo. Yo me salí a esperarles afuera.
    
    Se demoraron un rato en salir, así que supongo que hubo otro espacio para besos y abrazos, más reservados, quizás más espontáneos, ajenos a mis miradas. Cada uno, por su lado, empezó a vestirse, sin decir nada y tan solo mirando de rejo las escenas pornográficas que se veían en el televisor. Era curioso, sin embargo, como aquellas escenas captaban su atención, tanto, que llegué a decir, pues si quieren esperamos otro rato y practican esas poses. ¿Te le mides?, dijo él. ¡No! ya está bien, dijo ella. ¿Es que nunca te cansas? Contigo no, mamita, le respondió.
    
    Una vez vestidos, quién iba a imaginar que aquellos, poco rato antes, habían estado follando a más no poder. Todos salimos de allí con rostros satisfechos. Ella, porque había logrado aliviar la inmensa tensión sexual que venía acumulando desde días atrás y que, ...