La zorra de tu mujer
Fecha: 12/02/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... mojara.
Aquel tipo me comía las tetas como un lobo hambriento, y yo empecé a buscar su polla con desesperación.
― Tranquila, no dejaré que te vayas en este estado ―me informó mi jefe.
Poco a poco me había ido escurriendo en el sofá, cosa que por fin aprovechó para quitarme las bragas. Me las bajó despacito, mirándome a los ojos, disfrutando de su dominio sobre mí. Me tenía a sus pies.
Cuando empezó a acariciar mi clítoris con sus dedos entré en éxtasis. Mojé sus dedos, el sofá, mi culo, todo… Estaba chorreando. Al masturbarme, mi respiración se tornó tan profunda y agitada que no tardé en gemir de nuevo.
Entonces le vi meter la cara entre mis piernas y casi me da un infarto. Aquel canalla hizo que me saltaran chispas del coño. Lo lamió enterito.
No tardé en correrme. Todo mi cuerpo entró en tensión y mi sexo le estalló a mi jefe en plena cara.
Cuando logré abrir los ojos vi a Alberto de pié justo delante de mí, esperando. Estaba arrebatador, pero no sólo por su soberbia musculatura, si no por la imponente erección que exhibía ya fuera del pantalón de su traje hecho a medida. Afortunadamente mi nuevo jefe tenía una buena polla.
La agarré con fuerza y di unos largos lametones a lo largo del grueso tronco. No podía dejar de sonreír como una boba. Sin duda era el mejor regalo de empresa que me habían hecho en toda mi vida.
No estaba dispuesta a quedar mal en mi primer día de trabajo, así que me empleé a fondo. Sé de sobra cómo hacer una buena ...
... mamada.
Primero le miré a los ojos con su enorme polla entrando y saliendo de mi boca. Después me detuve a masajearle los testículos. Se me hacía la boca agua al sentir su miembro golpear mi paladar, pero llevé cuidado de no hacerle daño con los dientes, cosa difícil con una polla tan grande llenándome la boca.
Alberto me regaló los oídos con sus lujuriosos comentarios: ¡Qué bien la chupas!; Has practicado mucho, ¿verdad?; Tendrías que incluirlo en tu currículum; Experta en sexo oral…
En ese momento me retiré, sonreí y le anuncié que todos los lunes me encargaría de que empezase la semana con una sonrisa.
A él le pareció una gran idea, pero me pregunto qué contraprestación pensaba solicitar a cambio.
― Todo el semen que tengas ―me relamí― Te sacaré hasta la última gota.
Aquello hizo que se le pusiese durísima. “Se va a correr”, pensé. Sin embargo, Alberto me cogió por el brazo y me echó de bruces sobre su mesa.
Estaba tan mojada que su miembro entró con asombrosa facilidad. Aún así, Alberto me dejó boquiabierta de la impresión. Ese hombretón usaba una talla más de polla que mi marido.
A partir de ahí, su cortesía se esfumó. Empezó a clavármela con todas sus fuerzas, propinándome unos estruendosos golpazos que debieron oírse en todo el edificio.
Me ruboricé al acordarme del chico de recepción. Sin duda el muchacho estaría escuchando los golpes de Alberto contra mis nalgas, deduciendo que su jefe me estaba entrevistando en profundidad. Además, con la gran ...