1. Una planea y propone, pero…


    Fecha: 13/02/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaban anunciando la llegada del vuelo, así que apenas cruzó la puerta de salida lo recibí con un abrazo y él fue quien me besó, además de hacerme sentir su erección.
    
    –¡Uy, te duró el Viagra de despedida! –le dije bajando discretamente mi mano besándolo en la mejilla al tiempo que lo sobaba.
    
    –La verdad, no. No hubo tiempo para despedirme así de mi esposa, fue tu olor –me contestó tomándome de la cintura y dándome un beso en el cuello antes de emprender el camino a la salida.
    
    –¡Qué malo eres! A mí sí me dieron los buenos días, aunque lo disfruté más al pensar en lo que te haría…
    
    Platicamos de generalidades antes de subir al auto y enfilé al motel donde estuvimos la primera vez. Él sonrió cuando entramos. Me adelanté a pedir la habitación para hacer yo el pago en efectivo y puso una cara molesta.
    
    –Tú eres el invitado, todos tus gastos están pagados, y mientras yo usufructúe tu estancia, yo pagaré por ello –dije y él sonrió tomando la tarjeta magnética correspondiente al cuarto.
    
    A entrar a la habitación, nos desnudamos entre besos y nos metimos a bañar, porque él lo pidió así, ya que salió muy temprano de Tijuana, y no tuvo tiempo de bañarse. Yo me puse una gorra desechable de las que ofrecen en el hotel. Sí, allí fue la primera sesión de amor. Le pedí que me penetrara por el ano, como la primera vez que lo hice así, ya que él fue quien me lo inauguró (tiempo antes se lo había pedido a Eduardo y a Saúl, pero no quisieron).
    
    –¡Puta, sigues igual de puta! ...
    ... –decía mientras me cogía bárbaramente.
    
    –¡Disfrútalo, mi amor, es tuyo, para eso lo abriste! –le gritaba, sabedora que su esposa no quería dejar que él se la cogiera por allí.
    
    Se vino riquísimo y me puse en cuclillas para lavárselo y chuparlo extrayendo la miel que estaba aún en el tronco. Mientras le daba esa alegría, yo me enjuagaba el trasero y me metía el dedo en el recto para que salieran las heces revueltas con semen que más se pudiera. Terminamos de bañarnos y al salir nos secamos uno al otro. Su pene volvió a crecer. “¿Estás seguro de que no tomaste pastillita azul?”, le dije melosamente estirándole el tronco y las bolas con la toalla.
    
    –La tomé una hora antes de irme a acostar y yo creo que se me gastó con mi mujer porque me dio mucha batalla, pero, como siempre, se negó a que le diera por atrás –dijo hincándose atrás de mí, contemplando mi ano aún abierto–, lo bueno es que éste culito sí me ama.
    
    –Es tuyo, mi amor, ya te lo dije…
    
    –¿A poco yo soy el único usuario? –preguntó y me dio una fuerte nalgada.
    
    –Mmmh, no, pero son muy pocas las veces que otro lo usa, generalmente cuando yo lo pido, y a ti ¡siempre te lo pido! –le contesté jalándolo hacia a la cama, agarrándolo de la verga, claro.
    
    Othón siempre trajo el pito parado y yo no le creí que no hubiese tomado algo, ya está cerca de los 70, pero tuve que creérselo al recordar la súper cogida que me dio unos días antes Eduardo, de 75 y también con una pastilla la noche anterior. Lo disfruté en todas las ...
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