1. La mejor de todas las putas


    Fecha: 15/02/2022, Categorías: Infidelidad Autor: erostres, Fuente: CuentoRelatos

    ... Palacios, he estado buscándola. Los americanos están enfadadísimos. Venga conmigo, a ver si conseguimos que se tranquilicen. Es una operación importantísima, al señor Palacios le ha costado casi un año poder cerrarla.
    
    —Tranquila Lucía, este día está resultando agotador. Dame unos minutos para que me arregle un poco, ahora salgo.
    
    Marta se miró en el espejo del baño, realmente su aspecto no era el habitual. Las marcas de haber sido usada eran evidentes, aunque nada que no pudiera solucionar algo de maquillaje y un peine. La ropa casi no se había manchado, excepto que… ¡No llevaba las braguitas! Y no eran unas cualquiera, tenían una flor de oro bordada junto con sus iníciales. Habían sido un carísimo regalo de su marido, debía encontrarlas como fuera.
    
    —Señora Palacios, ya no podemos entretener más a los americanos. Por favor… —La voz de Lucía llegó amortiguada desde el otro lado de la puerta del baño.
    
    Marta salió ya en perfecto estado, su aspecto volvía a ser impecable.
    
    —Un momento Lucía, creo que me he dejado algo en la sala de reuniones, enseguida estoy con los americanos.
    
    Marta se desesperó, registró toda la sala y las braguitas no aparecían por ningún lado… Lucía no dejaba de incordiarla para que atendiera a los clientes.
    
    Durante el resto del día, no volvió a acordarse de ellas, lo pasó enfrascada en complejas operaciones de blanqueo de dinero. Tras un montón de horas de intenso trabajo y de infringir un montón de leyes, los americanos abandonaron la ...
    ... oficina satisfechos. Ella tras acompañarles hasta la puerta y despedirse, se dejó caer derrotada sobre el mullido sillón de su despacho. Había sido una jornada dura y agotadora.
    
    En ese momento sonó el móvil, era Carlos:
    
    —Sí, dime… —contestó Marta.
    
    —…
    
    —Bien, todo solucionado.
    
    —…
    
    —Sí, se han ido satisfechos —dijo dolida.
    
    —…
    
    —¿Que no quieres conocer los detalles? —preguntó sorprendida.
    
    —…
    
    —No te preocupes… No te contaré nada. ¿Cuándo vuelves?
    
    —…
    
    —Yo también te quiero… Ya me voy para casa. Descansa cariño —Marta colgó algo aliviada, el problema que hubiera ya había dejado de serlo.
    
    *****
    
    Marta despertó sola, como casi siempre. Su hijo apenas aparecía por casa; entre su novia, los amigos, los estudios, era como si viviera en un país lejano. Ahora mismo no sabía ni dónde estaba. Era domingo y no tenía que pasar por la oficina. Carlos seguía de viaje; de París había tenido que volar a Londres, después a Berlín. Siempre era lo mismo, siempre surgía alguna urgencia en alguna parte del mundo. Había llamado para decir que volvía esa noche. Pero sería normal que sucediera algo a última hora y no lo hiciera.
    
    Se puso una bata de seda roja y fue a la cocina a desayunar. Atravesó la inmensa casa caminando descalza por el cálido suelo de nogal. Encontraba tristes esas estancias grandes tan vacías. Miró hacía fuera por los inmensos ventanales y el hermoso jardín que bordeaba la piscina la animó algo. Era relajante esa belleza, el contraste del agua ...
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