La mejor de todas las putas
Fecha: 15/02/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: erostres, Fuente: CuentoRelatos
... azul con los colores vivos de las flores, el trino de los pájaros… Preparó un café y lo dejó junto con unas tostadas sobre la mesa de mármol de la terraza de la cocina, y se sentó en una pesada silla de hierro forjado a contemplar el hermoso paisaje. Al untar la mermelada sobre el pan, evocó lo que había sucedido en la oficina. Era lo más apasionante que le había ocurrido nunca. Le vino a la mente el miembro de aquel desconocido golpeando en su mejilla para liberar las últimas gotas de semen tras correrse en su garganta… No le había gustado cuando sucedió, pero ahora se humedecía recordándolo. Separó las piernas y entreabrió la bata. No llevaba nada bajo ella y un dedo travieso se posó sobre su clítoris.
—Hola mamá.
—Hola hijo —respondió sorprendida—. No te oí llegar. —Sus manos cerraron la bata bruscamente antes de girarse.
—Perdona si te hemos asustado. He venido con un par de amigos a recoger algo de ropa, pasaremos el fin de semana fuera.
—¿Queréis tomar algo? Hay café hecho y os puedo… —Marta palideció al ver a los amigos de su hijo, uno de ellos era el chico joven que se la había follado hacía poco— ….preparar un zumo de naranja natural. —Acabó diciendo con un hilillo de voz.
—Pues sería perfecto, estamos hartos de las porquerías que tomamos por ahí. Voy preparando la ropa mientras y así ganamos tiempo —dijo el joven mientras se iba.
—Espera, Luis. Si me prestas algo de ropa, ahorro pasar por mi casa —dijo el otro amigo saliendo tras él.
Marta ...
... se levantó y se sintió como una colegiala de trece años. Estaba a solas con el joven. Las piernas le temblaban. Se sentía indefensa con esa fina bata que marcaba cada curva de su cuerpo. Bajó la cabeza y pensó: «¡Mierda!», los pezones despuntaban como faros en la noche.
—¿Cómo te llamas? —preguntó Marta intentado controlar la situación.
—Pedro —respondió el chico tímidamente, pero sin poder apartar la vista de esas dos hermosas protuberancias.
—Creo que será mejor para todos que olvidemos lo que sucedió —dijo intentando que la voz sonara firme, pero sin conseguirlo.
El chico se limitó a mirarla, incapaz de articular palabra. Mientras Marta entraba en la cocina para preparar los zumos, pensó que debía estar dejando un rastro de baba como los caracoles. ¡Ojalá se hubiera puesto unas braguitas! Intentó concentrarse en cortar las naranjas por la mitad. Cuando ponía la primera sobre el exprimidor, sintió como unas manos aterrizaban sobre sus pechos cubriéndolos totalmente.
—No, no, para…, nos puede sorprender mi hijo… —susurró sin ninguna convicción.
La única respuesta que obtuvo fue que el joven se acercó más y empezó a mordisquearle el cuello. Sintió un bulto presionando sobre sus nalgas. Ella seguía exprimiendo naranjas, esperando que el zumbido del aparato amortiguara sus suspiros. Una mano abrió la fina bata por la parte superior y unos dedos rozaron el pezón directamente, electrizándolo. Marta apretaba las naranjas con fuerza para que el zumbido del motor ...