La mejor de todas las putas
Fecha: 15/02/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: erostres, Fuente: CuentoRelatos
... follaron tres tipos. ¿Y tú quieres que no me enfade?
—Él no sabe nada. No le des más importancia y no pienses en ello. Te juro que no le diré nada más.
—Gracias, que generoso eres… —dijo Marta con ironía—. Y aprende a follar, que lo haces de pena.
—Enséñame tú —respondió Pedro tras meditar unos segundos.
*****
Carlos estaba agotado. Llevaba toda la semana volando sin parar y asistiendo a reunión tras reunión. Soñaba con llegar a casa y ponerse cómodo con un whisky en la mano mientras miraba a Marta nadar desnuda en la piscina. Después la ayudaría a salir, la secaría con la toalla y le haría el amor sobre el verde césped a la luz de la luna. Quizá hubiera suerte y su hijo estuviera fuera como era habitual. El solo pensamiento hizo que un bulto creciera en su entrepierna. Llevaba muchos días sin descargar, demasiados. A veces había estado a punto de hacerlo y oportunidades no le habían faltado. En los últimos días había tenido varias mujeres a tiro, y algunas de ellas fueron realmente tentadoras, pero por experiencia sabía que la espera merecía la pena. No veía el momento de llegar a casa. Sabía que Marta estaría tan caliente como él, o más. Apretó el botón para subir el cristal que le separaba del chófer e hizo una llamada.
—Hola cariño. He aterrizado. Voy para casa.
—Por fin, pensaba que tampoco volverías hoy. Te añoré mi amor.
—Yo también te he echado de menos. Dime que estaremos solos —suplicó—, dímelo…
—Lo siento, Luis se iba a ir con sus amigos ...
... fuera, pero llamó Eva, que llegará de Londres esta noche. Tardó tres segundos en mandar a sus amigos a paseo y cambiar los planes. Iban a cenar conmigo antes de salir. Ahora lo haremos los cuatro juntos. En cuanto se vayan, seré toda tuya…
—No tardaré en llegar. Un beso —dijo Carlos desilusionado terminando la llamada. «La novia de Luis podía haberse quedado en Londres…», pensó.
El jarro de agua fría al saber que no estarían a solas hizo que pensara de nuevo en los negocios en marcha. Le preocupaba mucho la operación de Sebastián. Había hablado varias veces con él por teléfono y aparentemente todo iba bien. Pero pensó que no estaría de más asegurarse personalmente. Quería que supiera que lo consideraba una pieza importante para sus empresas. Miró el reloj, eran las ocho, una buena hora. Si estaba en casa podría pasarse y conocer de primera mano los detalles, perdería poco más media hora. Llamó por teléfono a Sebastián y tal como se imaginaba, le dijo que estaría encantado de que se pasara por casa. Bajó el vidrio que le separaba del chófer y le dio la dirección. Le gustaba ese chofer; era serio, profesional y nunca se perdía en las rotondas.
—Hola Carlos, no era necesaria la visita. Pasa, tómate algo. ¿Qué quieres? —dijo Sebastián tras darle la mano efusivamente.
—Un whisky con hielo me sentaría genial. Pero no te preocupes, sólo he pasado para saludar y agradecerte que al final hayas confiado en nosotros.
—Pasa, vamos a mi despacho y hablaremos tranquilamente, ...