La leona de dos mundos
Fecha: 02/06/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Horny, Fuente: CuentoRelatos
... loco me iba a ir a acostar con su madre. Iba un momento, saludaba, charlaba y luego me retiraba.
Coincidió en esos días que el hijo se fue a quedar a casa de su novia y el marido fuera de la ciudad cosa que nosotros aprovechamos para estar juntos. Un hermoso departamento frente a la rambla en un lugar que no hay playa, y en un 6º piso, con calefacción y una vista de ensueño.
Si bien en nuestro primer encuentro intentamos la penetración anal, no la logramos pues por más que ella quería (estaba recalentada con el tema), el dolor la vencía.
Recién en la mañana del segundo día de estar en su departamento lo logramos. Había comprado (ella) una lata de vaselina como de 10 cms. de diámetro y tres de espesor que iba a dar para romper varias docenas de culitos.
Bueno, ambos de costado, bien lubricado, ella guiaba mi verga para acomodarla bien en su lugar (no le fuera a hacer un ano contra natura) y me decía empuja o para según lo que sintiera. Llegó un momento que se sintió un "plop" y chao culito, con muy poco dolor, había entrado la cabeza. El problema es que el esfínter tiene como un centímetro y medio de espesor y si esa parte no se pasa medio rápido, es la parte más dolorosa.
Con la cabeza adentro, la dejé ir despacito hasta el fondo. Ya no había dolor y cuando la tuve bien clavada, la giré suavemente colocándome encima de ella, ambos acostados boca abajo.
Y ahí comenzó lo bueno.
Me mantuve un minuto quieto, permitiendo que se adaptara, pero ya no había dolor ...
... y ella entró a gozar.
Su mayor goce era el sentirse debajo de mí entregada totalmente, con su hombre dominándola totalmente y además empalada por primera vez, hasta el fondo. Todo ese entorno mental creado por ella, -ya que yo en ningún momento soy dominante pues no me gusta- le produjo una excitación tremenda. Yo la tomé de las manos, a la altura de su cabeza y ella cruzó sus piernas por fuera y encima de las mías. Ahí comenzó el bombeo, suave al principio, pero en menos de dos minutos estaba a todo ritmo teniendo su primer orgasmo anal, completamente distinto que el vaginal, más intenso y más largo en el tiempo.
Doctora, no se puede imaginar lo que esa mujer gozó y gimió. Terminó llorando de felicidad.
A los pocos minutos, tuvo un orgasmo vaginal, sin provocación ninguna, totalmente producto de su calentura y luego otro anal donde yo la acompañé con mi orgasmo. Ahí fue el acabose. Al sentirse inundada en sus entrañas, fue la gota que derramo el vaso. No puedo decirle lo que esa mujer gozó en ese momento pues no existen palabras.
Lo más lindo es que yo esperaba mi ablandamiento para sacarla, para evitarle el dolor de la salida con toda mi dureza, pero yo seguía igual y ella quería bomba. Pero yo no quería irritarla en su primera vez, ya había tenido más de media hora adentro.
Bueno…, al final me salí de ella. Pero a esa altura del partido ya se había enviciado con el sexo anal y las mamadas. Eran sus vicios preferidos.
Un sábado, nos encontramos a las 7 de ...