1. La leona de dos mundos


    Fecha: 02/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Horny, Fuente: CuentoRelatos

    ... o no y mirándome asombrado por todas las cosas que me había soltado de sopetón, confidencias que a nadie más se atrevería a decir, motivado por la confianza que yo le inspiraba.
    
    T:¿Y dónde estás ahora?
    
    Eduardo:A pesar del ímpetu y las ganas, la realidad se hizo evidente, ya no somos los mismos.
    
    Ya Eduardo había regresado a su casa, estaba de vuelta, disfrutando del matrimonio y hablándole al abdomen de su hija.
    
    Eduardo:No sé qué pasó. Fue como despertar. Todo en ella era distinto y ajeno a mí. Sus gustos, su manera de pensar, sus metas. No era la Cristina que yo conocía.
    
    T:¿Qué pasó con el derecho a la sexualidad del que habías hablado?
    
    Eduardo:A pesar de la pasión no la pude sentir mía. Creo que uno se acostumbra a la fisiología de la pareja. ¿Por qué no seguí con ella? Por varias causas. Nuestra meta era formar una pareja y vivir juntos, pero yo noté varias cosas que me decían "NO EDUARDO, no te metas".
    
    En primer lugar, al mes de nuestra relación, me gritaba y me insultaba por teléfono. ¿Qué quedaría para cuando viviéramos juntos?
    
    Por otro lado, ella sabía perfectamente cuál era mi situación marital y la comprendía y aceptaba, pero, así como ella debía cuidar un poco su imagen con su hijo, yo debía cuidar la mía con mis hijos, ya voy a ser abuelo….
    
    Además, ella comenzó con "cuando vivas conmigo se te va a acabar esto y aquello y lo otro...". No se cambia a una persona así y menos a nuestra edad. Se pueden lograr cambios, pero con amor, con ...
    ... dulzura y no con imposiciones anunciadas de antemano.
    
    Tanto ella como yo, estábamos pasando un momento económico muy malo. Ir a su casa significaba un gasto y yo trataba de acomodar mis quehaceres con las visitas.
    
    Por ejemplo, no bien me jubilé, llevé el auto a ajustar el carburador, lo cual me implicaba ir cerca de su casa y dejar el auto temprano, en la mañana y pasar a buscarlo en la tarde. Ideal para irme a su casa y estar un rato con ella, aunque fuera conversando ya que su hijo trabajaba a media cuadra y en cualquier momento podía aparecer. Pues no quiso. Dijo que no la iba a cambiar a ella por un carburador. Ella quería que yo fuera dejando todo lo demás de lado.
    
    Otros días le preguntaba si tenía algo que hacer al otro día y siempre tenía la mañana y tarde ocupadas en algo. Entonces yo no decía nada, pero luego me echaba en cara que no la iba a ver.
    
    Bueno, al final, ella me pidió de terminar con lo nuestro, por teléfono como tenía ya por costumbre. Yo estuve de acuerdo y le pregunté si quería continuar una amistad, a lo cual se negó. Intentamos volver de nuevo, retomar lo vivido, pero no se pudo.
    
    La señora me dejó, enojada porque le había dedicado poco tiempo (si ella no tenía tiempo para nada los pocos días que nos veíamos) y ni siquiera un mail me mandaba. Yo le escribí y me contestó unos disparates y ahí le dije que el rompimiento que ella había propuesto la vez anterior y que habíamos reintentado anularlo, seguía en toda su vigencia.
    
    No tuve muchas más ...
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