1. En la mansión de la hermafrodita


    Fecha: 27/02/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mismo momento, ambas nos liberamos de la esclavitud infantil. Ambas hemos sufrido traumas, y ambas debemos dejar atrás esos traumas.
    
    –De acuerdo, iré pero no prometo nada. ¿Lo entiendes?
    
    Puse música durante el resto del viaje para amenizar el regreso. Al sentir el aire frío, mis pezones se pusieron duros como rocas. Subí la ventana y recé porque Eliana no se percatara de que no llevaba sujetador. Durante el viaje no dijo nada pero me miró varias veces.
    
    –Se que tienes ganas de decirlo
    
    –No llevas sujetador, Laura. Te ves guapa.
    
    –Tu quieres tener sexo conmigo,–ella se rió pero no negó nada. –¿Has venido por mi?
    
    –¿Quieres la verdad? Me atraes sexualmente, y mucho, pero no he venido por ti, no creo que haya posibilidad alguna. Sin embargo siempre he tenido una fantasía contigo.
    
    Me tomé varios minutos para reflexionar sobre sus palabras. Mientras asimilaba su confesión llegamos a mi pueblo y decidí dejar la conversación para el desayuno.
    
    –Hablamos luego
    
    Aparqué y le ayudé a sacar las maletas. No sabía cómo reaccionar a sus palabras, me halaga que me encuentre atractiva pero éramos muy buenas amigas. Quizás no estaba bien tener ese tipo de fantasias conmigo. Entramos en la casa, y yo volví a ponerme el pijama. Eliana me esperó abajo.
    
    –¡Sube, Eli! Con las maletas.
    
    En unos pocos minutos Eliana estaba arriba con sus maletas. Solo tenía una cama.
    
    –Vamos a tener que compartir la cama. Aunque no se si fiarme mucho de ti, con eso de que tienes fantasias ...
    ... conmigo.
    
    –Tranquila, soy inofensiva.
    
    –¿Pero qué fantasías tendrías conmigo?
    
    –¿Seguro que quieres saberlo?–asentí–Quiero tener un trio contigo, con una hermafrodita con la que ya me hablo. He quedado hoy con ella, me gustaría que vinieras conmigo.
    
    –Pero sabes que yo no puedo tener sexo.
    
    –¿Seguro que no puedes?
    
    Me agarró de los hombros y me empujó hacia la pared. Me obligó a tener las manos hacia atrás, y acercó su rostro lentamente al mío. Me dió un beso, yo me solté y atraje hacia mí a Eliana. Eliana continuó besándome, nuestras lenguas jugaban. Una mano suya de forma muy traviesa bajó hacia mi entrepierna. Dejé que ella hiciera lo que quería. Gemí levemente en su boca mientras ella continuaba masturbándome. Lo cierto es que me estaba gustando y quería más. Entonces se apartó de mis labios.
    
    –La Laura guarrilla está ahí, solo hay que sacarla.
    
    –Como pares ahora te mato, estoy cachonda.
    
    Mi comentario la hizo sonreír, y continuó con lo que estaba haciendo. Me quité la camiseta, y ella aprovechó para tocar uno de mis pechos. Pasó de mi boca a mi cuello.
    
    –Tendríamos que estar desayunando
    
    –Yo ya tengo mi desayuno.
    
    –¿Cuánto tiempo llevas deseándome?
    
    –¿Cuánto tiempo llevas deseando que alguien te de placer?
    
    –Mucho tiempo, pero llevo más deseando sentir un miembro en mi interior.–reconocí con mucha vergüenza–A ser posible una hermafrodita.
    
    Su teléfono sonó mientras me besaba el cuello. Dejó de hacerlo y atendió la llamada. Con su mano libre ...
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