1. En la mansión de la hermafrodita


    Fecha: 27/02/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sujetador.
    
    –Acepto–dijo en inmediatamente me entregó sus bragas, no me esperaba que aceptase pero un trato era un trato.
    
    Tiré sus bragas a la basura, pero Eliana solo pensaba en qué hacer con mis pechos.
    
    –Ves, Laura. El arte no hay que esconderlo, hay que mostrarlo a todo el mundo.
    
    –La hermafrodita debería estar al llegar.
    
    –Vendrá en una media hora.
    
    El resto del tiempo estuve haciendo nada, mientras dejaba que ella viera mis pechos. La ponían muy cachonda, pero no hicimos nada por la hermafrodita. Finalmente tocaron el timbre y así tal cual iba abrí las puertas, y sonrió de oreja a oreja al verme.
    
    –Así da gusto conocer gente.
    
    –Ya sois dos, pasa.
    
    Me entregó su chaqueta y la colgué en la percha. La hermafrodita apenas acababa de llegar y ya la tenía dura.
    
    –¿A que sus pechos son perfectos?–preguntó Eliana a la hermafrodita
    
    –Si, tienes toda la razón. Todavía no me he presentado, soy María. Encantada de conocerte.
    
    –Y yo Laura. ¿De que conoces a Eliana?
    
    –Amistad.
    
    –Yo pensaba todo este tiempo que Eli era asexual hasta que se presentó en mi casa con la idea de follar.
    
    –Deberias haberla visto de fiesta, es muy bollera pero tiene una fijación con las tetas que no es ni medio normal.–Eliana estaba quitándole el sujetador a María, y esta dejándose.
    
    –Pues es una pena que sea una chica cis, y no sea hermafrodita, así podría aprovecharse mejor de nuestras tetas.
    
    –Yo me dejo manosear por ella, le gusta usar una teta como ...
    ... antiestresante.
    
    María se quitó la camiseta, y ella comenzó a jugar con nuestros pechos. Nosotras nos dejamos tocar.
    
    –Hablamé de ti, María.–dije mientras dejamos a Eliana satisfacer sus fetiches con los pechos.
    
    –Fui entrenada como esclava sexual, hasta que escapé y aprendí a ser persona. Actualmente soy scort, o lo era, un viejito sin hijos me puso en su testamento y me sobra el dinero. Y tú pareces militar, por ese cuerpazo tan trabajado que tienes.
    
    –Soy maestra en artes marciales, y si, he trabajado duro para tener este cuerpos. Además como puedes ver me gustan tatuajes, y alguno también me lo hice yo.–la hermafrodita me estaba gustando mucho.
    
    –Me molas mucho, Laura, eres una mujer.
    
    –Pues es mutuo, María.
    
    –¿Por qué no entramos en materia de una vez?
    
    Bajé mis bragas, que es lo único que aún llevaba puesto y las dejé en el suelo. María se levantó y se desnudó entera también. Se lanzó a mis brazos y comenzamos a besarnos con deseo. Eliana se quedó a un lado observando. María encajó su polla en mi vagina, que entró sin problemas gracias a que estaba cachonda.
    
    –Aún no, quiero chupartela.–le dije
    
    –Tranquila, tengo aguante para todo el día.
    
    Comenzó a follarme, mientras yo me abracé a ella y gemí de puro placer. Su polla entraba y salía de mi, y del gusto mis alas salieron erectas. Las suyas también, aunque eran negras pero no tuve mayor problema. Ella también gemía lo que me ponía estaban el uno contra el otro, lo que seguro que Eliana estaba disfrutando.
    
    –Correte ...
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