Sometida por el bully de mi hijo (Cap. 4): Final
Fecha: 08/03/2022,
Categorías:
No Consentido
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... habitación. Se trataba de un cuarto con las paredes descascaradas. Había un colchón en el suelo. Nada de camas. Habría sido muy ilusa si creía que esos hombres tan jóvenes quedarían satisfecho con un pete, aun cuando les había regalado la imagen de mi cara bañada en el semen de todos ellos.
Escuché que murmuraban entre ellos. Robi estaba en el medio de los otros cuatro, y asentía o negaba con la cabeza, con gesto de autoridad, cuando los otros se dirigían a él, aparentemente, esperando su autorización.
-Ponete en cuatro trolita - Ordenó Robi.
Me arrodillé sobre el colchón y luego me incliné, apoyando mis manos en él. Abrí las piernas. El chico que me había parecido amable me dio una fuerte nalgada. El gordito de rolos se sentó frente a mí, ofreciéndome su pene, y el hombre de tatuajes se hiso lugar e imitó a su amigo. Robi y un muchacho delgado de ojos saltones quedaron de espectadores.
Entonces sentí cómo el que me había nalgueado arrimaba su verga en mi ano. Me asusté, no estaba muy dilatado. Pero no pude decir nada, porque alguien había empujado su falo hasta meterlo adentro de mi boca.
Entonces, mientras uno me hacía el culo, yo me las arreglaba para satisfacer a los otros dos, quienes en todo momento pretendían que se la chupe. Tuve que hacerlo casi al mismo tiempo con ambos. Era una locura, y además, sumamente agotadora. Comprendí que en ese momento lo que más importaba era mi capacidad para tolerar el cansancio, así que seguí haciendo la tarea que me ...
... tocaba hacer ese día, sin chistar.
Cuando descargaron su virilidad en mi cuerpo agotado, siguieron los otros que estaban de observadores. Aunque enseguida se sumó uno de los que habían estado en el primer turno. Así, hicieron distintas combinaciones con el único objetivo de cogerme de todas las maneras que podían imaginar.
Una y otra vez se vinieron encima de mi cuerpo. Una y otra vez me penetraron por cada orificio que tenía. Si fuera por ellos, me harían uno nuevo para violarme por ahí también. El olor a sudor y sexo se tornó muy fuerte. Lo hombres disfrutaban de mi sometimiento, de mi humillación. Y pensar que algunos de ellos volverían con sus novias a decirles cosas lindas al oído.
Al final, quedé completamente agotada, tirada desnuda en el colchón. Habré quedado desmayada por el cansancio durante unos minutos, porque no me di cuenta cuando se fueron los amigos de Robi. Sólo quedaba él en la casa.
-¿Contento? -Le pregunté con ironía.
Me agarró del cabello y acercó su rostro al mío.
-Sí, estuviste muy bien -dijo.
-Tengo que irme. En cualquier momento Leandro vuelve de la escuela - le dije. Aunque las palabras parecían una afirmación, mi voz sonó a súplica.
-Ahí tenés el baño, date una ducha.
Me duché rápidamente. Dejé a Robi en esa horrible casa, y me juré que esa sería la última vez que me tendría.
Llegué a mi casa totalmente adolorida. Tuve que hacer un enorme esfuerzo para que no se note, al caminar, lo que sentía en mi esfínter anal después ...