Sexo por despecho
Fecha: 08/03/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: ogarcia, Fuente: CuentoRelatos
... de mí? –esto último poniendo mi mejor cara compungida.
-Ya no doy para más, en serio –dijo con una cara aún más compungida.
-Tú no tienes que hacer algo, déjamelo a mí.
Diciendo lo anterior la coloqué boca abajo y comencé a besar cada rincón de su hermosa espalda, ella se dejaba hacer suspirando y moviendo su cuerpo al contacto con mi boca.
-¿Qué intentas? –me dijo al sentir mi cara a la altura de sus nalgas –si es lo que imagino entonces olvídalo.
-No sería venganza si dejas pasar lo que con el tal vez no haces, ¿me equivoco? –y sin esperar respuesta clavé mi cara entre sus nalgas.
-¡No!, espera; ¡no! por favor… esto no está bien…
Si hacer caso a sus quejas me entregué a la tarea de hacerla de nuevo mía de una forma diferente, quería hacerla acabar en una posición que ella consideraba incorrecta; con suerte, podría llegar a profanar esa entrada a la cual, casi con seguridad, no le había dado ese uso.
-¡Para por favor!, no me hagas esto –dijo con voz entrecortada.
-¿Acaso no te gusta? –le respondí mientras mi lengua recorría el camino de su clítoris a su esfínter.
Silencio.
-Puedo parar si tanto te incomoda –deteniéndome al acto con mi cara a centímetros de ella.
Silencio.
-No voy a forzarte, nunca podría hacerlo –dije esto levantándome para sentarme en la orilla de la cama.
-¡Espera! –dijo con la cara viendo al lado contrario –¡Sigue por favor!
-Sabes que es lo que terminará pasando, ¿verdad? –voltee su cara para verla a los ...
... ojos.
-Solo ten cuidado –dijo bajando su mirada.
Volví a colocarla pero en esta ocasión con un cojín bajo su vientre, lo siguiente fue, a mejores palabras, hacerle el amor a su esfínter mientras mis dedos los hacían con el resto de su intimidad.
Pasado un rato, el preludio a su inminente orgasmo; comenzó a convulsionarse y a decir incoherencias mientras sus manos y pies golpeaban el colchón sin cesar, de no saber que era un orgasmo hubiera llamado a un sacerdote para exorcizarla.
Me levanté posicionándome sobre ella, me coloqué en su entrada y, lentamente, inicié la acometida; en varias ocasiones tuve que desistir, volviendo a utilizar sus jugos para reiniciar el camino prometido.
Una vez vencida su resistencia a mi primer ingreso su cuerpo se tensó, volvió su cara de súplica a la mía; le sonreí con dulzura.
-Este paso fue el más difícil, ahora relájate; veras que todo estará bien –le dije mientras besaba su cuello.
-¡Me duele!, despacio…
-Shhh
Sobre ella y sin permitirle moverse terminé de introducirme, lo hacía de a tantos mientras ponía la mayor atención a su clítoris para tratar de sobrellevar el paso que estaba dando.
Una vez terminado el recorrido se lo hice saber, para que tuviera plena conciencia de lo que estaba dentro de ella.
-¡Por favor termina!, me gusta pero también me duele un poco…
-No pongas resistencia, te juro que lo vas a disfrutar.
Diciendo esto último inicie con un ritmo al principio lento y acompasado para después ...