Como conocí a mi hombre
Fecha: 09/03/2022,
Categorías:
Transexuales
Autor: morenatrans, Fuente: CuentoRelatos
... que hasta entonces solo había cogido mi pequeño clitty y no había comparación entre uno y otro. Me pidió que le fuera pajeando y eso hice. Poco a poco su pollón fue adquiriendo más y más fuerza. Esa polla era impresionante, se alzaba frente a mi cara, apuntando con su glande de forma amenazante. Nunca antes había tenido otra polla que no fuera la mía, si lo mío se puede llamar polla claro, pero me encantaba. Estaba pajeando a un hombre y la sensación me encantaba. El fuerte olor a polla me embriagaba y empecé a salivar muchísimo. Algo dentro de mi deseaba no solo pajear esa polla, sino también probarla, lamerla, comerla.
- Vamos Janet, no te quedes con las ganas, pruébala -. Javier parecía haberme leído la mente y obviamente no rechacé su invitación ni le hice esperar. Ansiosa como estaba abrí suavemente mis labios a medida que me acercaba a ese amenazante trozo de carne que le colgaba entre las piernas.
Besé su gran glande y poco a poco fui introduciéndomelo en la boca, haciendo círculos con mi lengua en el interior de mi boca. Qué pensarían de mis familiares y amigos si me vieran en esa situación, comiéndole la polla (pollón mejor dicho) a un hombre que podría ser mi padre. Su sabor me encantó, a pesar de que tenía un olor muy fuerte, éste llenaba toda mi boca y me hacía salivar. Estaba deliciosa. Separé mis labios de su glande y empecé a recorrer su gran falo. Notaba como palpitaba. Javier estaba durísimo y eso me encantó. Para ser la primera vez que chupaba parecía ...
... que lo estaba haciendo bien puesto que empecé a escuchar los gemidos de Javier diciéndome lo bien que lo hacía. Cuando llegué a la base de su polla saqué la lengua y empecé a subir por su tronco hasta llegar de nuevo a su glande. Allí me deleité, empecé a darle lengüetazos como si fuera un polo, me la introducía en la boca para seguir jugando con mi lengua, la sacaba y me la volvía a introducir.
- No puede ser Janet, no te creo. - Desconcertada me saqué la polla de Javier de mi boca mirándole a los ojos. Fruncí un poco el ceño porque no sabía a que se refería. - La mamas muy bien ¿Estás segura que es la primera vez que te comes una polla? La comes mejor que una putita. - Me dijo Javier con la voz entrecortada a causa de sus gemidos.
Vaya piropazo me acababa de soltar Javier. Me sonrojé bastante, le sonreí y no pude hacer otra cosa que aquello para lo que están las putitas: me limité a comerme su polla aun con más ganas a la vez que le pajeaba. Intentaba introducirme todo su falo en la boca pero resultaba imposible, era demasiado gordo y largo… y yo demasiada inexperta para conseguir tragarlo del todo a pesar de mis intentos. A pesar de eso Javier no parecía estar disgustado, parecía que estaba muy contento con mi boca y por como se la mamaba. Estaba convirtiéndome en una comepollas, en su comepollas. Y eso me empezó a calentar muchísimo, cosa que Javier notó:
- Veo que estás disfrutando tanto como yo zorrita, ya noto tu pequeño bulto a través de tu vestido. - Con la ...