1. Todo cae en familia


    Fecha: 10/03/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos

    Eran las dos de la madrugada y todo estaba en calma. Sólo el sonido de los grillos escoltaba a un silencio absoluto. Pablo se despertó de un sueño inconcluso, consecuencia del bochorno de la noche, con una erección propia de un caballo.
    
    Sabía que el único modo de conciliar de nuevo el sueño era masturbándose y lo hizo intentando retomar el guion de una fantasía que había ido tomando forma los últimos días.
    
    Desde que su tía Ángela estaba en casa, las hormonas las tenía más revueltas que de costumbre. Siempre la había encontrado atractiva, pero ahora que llevaba dos semanas viviendo en casa, su imaginación rebasaba los límites de lo éticamente correcto.
    
    Ángela era la hermana pequeña de su madre. A sus cuarenta y cinco años (diez menos que su madre), su atractivo levantaba pasiones, e incluso con la madurez, sus encantos resultaban todavía más seductores para cualquier hombre, ni qué decir para un muchacho de veinte años en plena efervescencia sexual.
    
    Ángela estaba casada. Su marido se encontraba en Dubái dirigiendo un proyecto urbanístico e iba a estar varias semanas ausente. Era por eso que las dos hermanas decidieron que mientras permaneciese en el extranjero conviviría con ellos. Por su parte, Pablo estaba más que encantado ante las posibilidades de verla en situaciones más íntimas. Le gustaba contemplarla recién levantada y en pijama, momento en el que se advertían los pezones a través de la fina tela de la prenda, por tanto, después de deleitarse ante ...
    ... tan sugerente manjar, Pablo tenía que acudir con urgencia a descargar toda la euforia acumulada.
    
    Después de dos semanas de matarse a pajas imaginando las delicias que tan celosamente su tía atesoraba, y a las que él solo podía aspirar a deleitarse imaginándose en cientos de situaciones eróticas, Pablo quería ir un paso más allá. Utilizó sus ahorros para hacerse con una diminuta cámara que podía controlar desde su teléfono móvil, de tal modo que la activaba cuando su tía se iba a su habitación, de manera que el número de pajas aumentó sustancialmente. Ahora podía disfrutar en tiempo real cada vez que ella se desnudaba. Si su imaginación (ya de por sí fecunda), lo llevaba a soñar despierto, verla desnuda superaba con creces todo lo imaginado.
    
    A los tres días de disfrutar en asientos de primera fila de las vistas que la cámara le brindaba de su tía, constató que ella, como mujer, también tenía necesidades, y para satisfacerlas disponía de una diversa gama de juguetes sexuales que utilizaba sin el menor recato.
    
    Su sexo depilado en su zona inferior y adornado en la zona del pubis con una estrecha franja pelillos, engullía un falo de un tamaño que cualquier hombre hubiera deseado para él. Y no es que Pablo anduviera cojo en ese sentido, dado que su polla era de buen tamaño, en ocasiones excesivamente grande para las remilgadas niñatas con las que se relacionaba. Pero al ver el consolador que su querida tía manejaba, reconoció que era de las que no se conformaba con ...
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