1. La putita del vecindario (Parte 3)


    Fecha: 12/03/2022, Categorías: Transexuales Autor: adriianaa, Fuente: CuentoRelatos

    Después de esa noche inolvidable en la que fui cogida toda la noche por distintos hombres, se me hizo costumbre salir a pasear cada fin de semana en busca de verga. Esperaba que llegara el viernes para vestirme lo más sexy posible, salía ya entrada la noche para que no me vieran mis vecinos, ya que era un tanto incómodo hablar con ellos vestida así, y caminaba algunas calles hasta encontrar algún hombre en busca de sexo.
    
    Algunos días tenía más suerte que otros, pero siempre encontraba por lo menos un macho que me hiciera su putita. Pasé así aproximadamente 3 meses, había mejorado muchísimo mis habilidades para complacer a un hombre pero nunca cobre absolutamente nada, todo lo hacía por gusto y no por dinero.
    
    Un fin de semana decidí descansar, había pasado una semana muy pesada en el trabajo y estaba completamente agotada. Aproveché para dormir durante horas y desperté el sábado cerca de medio día. Desayuné y tomé un baño, me puse un cachetero color turquesa de encaje, un bralette rosa pastel totalmente translúcido y una bata blanca cortita, de satín, con bordados en color rosa. Me unté crema por todo el cuerpo y me puse perfume, el que me quedara en casa descansando no era excusa para dejar de ser femenina y sexy.
    
    Estaba sentada en el sofá buscando que ver en la televisión cuando escuché el timbre. Fui a ver quién era y me sorprendió ver a mi vecino Carlos, quien llegaba con un paquete y una caja de herramientas. Recordé que el dueño de la casa que rentaba me había ...
    ... dicho que cambiarían varias lámparas y que iría un electricista el fin de semana, así que maldecí mi suerte por haber interrumpido mi merecido día de descanso, le dije a Carlos que esperara y me fui a cambiar de ropa, quitándome la bata de satín y cambiándola por una aburrida sudadera negra y un pants deportivo, dejándome la lencería debajo. Fui a abrir la puerta para que pasara mi vecino Carlos, al cual lo saludé disculpándome pues había olvidado que alguien me visitaría el fin de semana.
    
    - “En verdad lo siento, lo olvidé por completo, y me siento más apenado porque es usted vecino, no sabía que era electricista”
    
    - “No se preocupe, siempre sucede. Le prometo que será solo un par de horas y después me voy para que pueda disfrutar su día”, respondió mientras pasaba y cargaba sus herramientas y material de trabajo. Lo veía cargar esas pesadas cajas y trataba de disimular para que no lo notara, pero era inevitable ver ese cuerpo, cada que hacía un movimiento o cargaba algo se le marcaban los músculos y las venas, y no es que mi vecino tuviera un cuerpo atlético, tenía algo de barriga “cervecera” pero una espalda ancha y fuerte, unos pectorales firmes, brazos muy anchos y con los músculos y venas marcados, sus piernas se veían fuertes y llenaban por completo sus jeans, al punto de pensar que iban a reventar cada se agachaba. Con sus más de 1.80 m de estatura y su piel morena, quemada por el trabajo bajo el sol, su sonrisa cálida y su cabello negro, apenas pintando algunas ...
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