1. Madura pierde la vergüenza entre otras cosas (2)


    Fecha: 20/03/2022, Categorías: Infidelidad Autor: carmenmadura, Fuente: CuentoRelatos

    —¡Carmen! ¡Carmen!
    
    Jorge, agitándome por los hombres trataba de despertarme.
    
    —¿Siii?
    
    —Carmen, son la nueve y media. Traté de despertarte para desayunar juntos pero no respondías. Yo ya he desayunado, ahora me voy a escalar para tener bastante tiempo el último día.
    
    —Que te lo pases bien Jorge.
    
    —Hasta luego Carmen.
    
    Así empezó el día. La noche anterior, al irme a la cama, pensé que me costaría trabajo dormirme. Había dormido una siesta, estaba nerviosa, intranquila y... un poquito curiosa pensando en lo que haría conmigo mi Adonis al día siguiente. Pero al parecer los orgasmos de la tarde habían actuado como el mejor sedante. Me metí en la cama, me rasque el trasero, y... dormí como un tronco.
    
    Me levanté de la cama, fui al cuarto de baño y mientras orinaba, duchaba y completaba mi aseo matutino traté de recordar y valorar lo que había pasado el día anterior. Poco a poco oleadas de vergüenza, remordimiento y culpabilidad recorrían mi mente y me embargaban el ánimo. Ayer, por primera vez en mi vida, había sido infiel a mi marido. No solamente le había puesto los cuernos a Carlos, había "elegido" un macho joven como un ganadero puede elegir un semental. No hubo nada de sentimiento por mi parte, no hubo seducción por parte del joven; él me ofreció sexo y yo, por vicio, tome sexo como quien toma una droga. A mí siempre me habían dicho, y yo siempre había repetido, que las mujeres no somos como los hombres. Que las mujeres no buscamos sexo como animales que se ...
    ... aparean. No, nosotras somos seres sensibles, sensitivos, refinados, con sentimientos, con espíritu, con alma; nosotras nos enamoramos, nos compadecemos, damos y recibimos cariño, afecto. Nosotras hacemos el amor, ¡no jodemos como perros!
    
    ¡Qué vergüenza Dios mío! Una madre de cuarenta años, católica, casada, fiel en el matrimonio durante más de quince años y todo tirado por la borda en unos minutos de locura. Ayer me aparee como una perra en celo, como un animal despreciable. Sexo y nada más que sexo. Ni amor, ni compasión, ni cariño ni nada. Deseo carnal, vicio profundo, eso fue todo. Me daba asco a mi misma. ¿Qué diría mi confesor? ¿Cómo iba yo a tener la desvergüenza de ir a confesarme?
    
    Recordé que había quedado con el joven que nos veríamos hoy. ¡Ni hablar! El chico podrá pensar lo que quiera de mí, faltaré a mi contrato, pero yo no vuelvo a hundirme en el fango del adulterio. Ni promesas, ni tonterías. Más vale romper un trato que ser una pérdida de verdad. Ya era malo que ayer yo tuviera un momento de debilidad. Pero una cosa es un momento de debilidad y otra cosa es cometer un pecado de forma premeditada como sería el ir hoy al cuarto de... de... el Adonis (¡Qué vergüenza, ni siquiera sabía su nombre! Me había revolcado en el lodo del pecado con él durante horas, había puesto su órgano en mi boca, había... y ni siquiera sabía su nombre). ¡Imposible! Esto sería un pecado premeditado y eso no lo iba a hacer yo. ¡Faltaría más! Ayer tuve un desliz, pero yo aún era una ...
«1234...8»