1. Madura pierde la vergüenza entre otras cosas (2)


    Fecha: 20/03/2022, Categorías: Infidelidad Autor: carmenmadura, Fuente: CuentoRelatos

    ... codiciable y gloriosa.
    
    En cuanto entramos en su habitación cogió mi la cara con ambas manos y me dio un beso profundo. Cuando digo profundo quiero decir que metió su lengua hasta mí estómago. Mientras con la lengua exploraba mis entrañas bajó sus manos por mi espalda y al llegar a mis generosas nalgas, las sobó, acarició y estrujó. Cuando dejamos el beso para poder respirar un poco. Él dijo:
    
    —¡Qué culazo tienes! Casi no he podido dormir en toda la noche pensando en tu culote y como lo iba a usar, abusar y gozar. Me tiene hechizado tu culazo. ¡Nunca he jodido un culo así de gordo.
    
    ¡Aquello era demasiado! En algún lugar de mi mente, antes de venir a su habitación, yo ya sabía que el chico me quería sodomizar. Pero yo le iba a enseñar que aunque me comportara de forma alocada, era porque estaba de vacaciones. Que un desliz lo tiene cualquiera, pero que, desliz o no, yo era una señora bien, respetable y decente. Yo no le iba a aguantar a un niñato que, casi, casi podía ser mi hijo, que me hablara de forma tan soez. Llenándome de rectitud y autoridad dije:
    
    —Mira no hace falta hablar así. Las personas finas y educadas no usan ese vocabulario.
    
    El Adonis, bajo los ojos, puso cara compungida, y con apologética voz pregunto:
    
    —¿Cómo te llamas?
    
    —Me llamo María del Carmen pero todos me llaman Carmen. Antes de casarme mis amigos me llamaban Meri. Así que tú llámame Meri, que me hace sentir más joven.
    
    —Mira Meri, se puede decir trasero, se puede decir sodomizar, ...
    ... se puede decir pene. Pero si aprendes a decir -Quiero que me mates a pollazos- en vez de decir –me gustaría hacer el amor- te lo pasaras mucho mejor. Pruébalo y para que aprendas, cada vez que digas palabras "finas" te daré unos azotes.
    
    Sin darme tiempo a contestar, me cogió de la cintura, me levantó, se sentó en el borde de la cama, me puso sobre sus rodillas levantó mi falda y como si yo fuera una niña de cinco años me propinó unos buenos azotes que sonaron como latigazos. Me dio mucha rabia que me tratara con tan poco respeto, pero me gusto cuando empezó a acariciar mis nalgas con ternura diciendo:
    
    —Meri, Meri que bien nos lo vamos a pasar con tu glorioso culo. Es... maravilloso.
    
    Yo como pude, me levante, baje mi falda e intentando recuperar algo de mi dignidad pregunte al Adonis tratando de poner algo de autoridad en mi voz.
    
    —¿Y tú cómo te llamas?
    
    —Apolo
    
    —¡No jodas!
    
    Dije, sin poder contener mi sorpresa, resulta que al que yo había estado llamando Adonis y... se llamaba Apolo. ¡Casi lo había degradado!
    
    —Sí que jodo Meri. Pero no con juegos verbales si no con mi verga que tanto te agrada.
    
    Así diciendo, con una mano movió la parte baja de su bikini a un lado y con la otra mano saco su instrumento. Hasta fláccido era de un tamaño impresionante. No pude evitar una sonrisa.
    
    —A mi madre se le ocurrió hacer una gracia cuando nací y me puso Apolo. Ahora dice que ya sabía que iba a ser tan guapo que por eso me llamo Apolo. Meri, ayer dijiste que nunca ...
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