1. Las clases de contabilidad


    Fecha: 23/03/2022, Categorías: Infidelidad Autor: cuerva, Fuente: CuentoRelatos

    ... comencé a chuparle el culo, la concha, me tocaba y quería hacerla sentir como ella tanto anhelaba, le puse la chota entre sus nalgas, a lo que ella respondió con movimientos de caderas, sobándola, mientras yo apretaba mi chota con sus nalgas, me decía ¡hum! ¡Veo que ya escogiste tu parte favorita! Me retire un poco y se lo enfunde de nuevo por su vulva, estaba tan mojada, y en cada estocada que le daba solo me decía, ¡si dame más! ¡Sí! ¡Así!, no dejaba de entrarle y hacerla gemir de placer, la tomaba de sus pelos, me aferraba a sus caderas, la tomaba por la cintura, hasta incluso me atreví a agarrar sus manos y hacer que ella misma se abriera el culo. Ofreciéndomelo, a lo que a esa actitud solo atinó a decirme, ¡nunca lo hice por ahí! Pero estoy más que dispuesta a dártelo si me lo pedís así!
    
    Yo me volví loco, entre a meterlo como loco, lo metía y lo metía, a lo que sentía que ella estaba totalmente perdida del placer, tanto que podía sentir como su vulva se estremecía una y otra vez palpitaba y estallaba mojándome entero mis piernas.
    
    Lentamente fui bajando el ritmo, para tomar aire, estaba excitado y quería acabar de nuevo, pero aun quería más.
    
    Me dijo paremos un poco, quiero más aun, pero paremos que aún tenemos tiempo, me sentó, y se arrodillo de nuevo, y con su lengua comenzó a recorrerlo lentamente.
    
    ¡Quiero más leche! exclamo
    
    ¡Pero quiero probar eso que tanto te gusto! ¡Se delicado por favor! Me decía mientras pasaba su lengua y lo chupaba una vez más… ...
    ... ¿Estás listo? Y seguía chupándolo sin descanso alguno, bajaba a mis bolas se las metía en la boca… y solo escuche un ¡Vamos hagámoslo!
    
    Esta vez se incorporó y sin dudarlo se reclino a cuatro pies nuevamente en el sillón poniendo su torso sobre el respaldo y llevando ambas manos a sus caderas, y abriéndose el culo dijo ¡Dale!
    
    Yo puse mi choto sobre aquel apretado lugar y comencé a empujar lentamente mientras toda la zona se dilataba ante los gemidos de placer y dolor que le producía el entrar lentamente en aquel apretado lugar, primero entro mi glande hinchado, que placer sentía, luego lentamente empezó a deslizarse por su estirada pero dilatada y ardiente argolla todo mi miembro, con saliva hice un poco más fácil el trabajo y estaba todo adentro.
    
    ¡Que Placer, indescriptible!
    
    ¡Qué sensación asombrosa!
    
    ¡No quería que termine!
    
    Pude tomarla de la cintura, entrarle y entrarle, ante los gemidos, de ella, solo me decía, ¡Sí!, ¡Qué bien se siente! ¡Es…! ¡No pensé que sentirá tanto placer! ¡Sí!
    
    La verdad que no me di ni cuenta cuanto estuvimos, estalle dentro de aquel hermoso culo, dejándole ahí hasta la última gota, y continúe moviéndome…
    
    Lo disfruté tanto, ella no dejaba de mover su trasero cuando sintió que acababa, me decía ¡Que rico que siente! Y seguí moviendo su culo, y repetía de nuevo, ¡Que rico se siente! Mientras que una de sus manos ya había dejado su posición original, y se había trasladado a su vulva, para masturbarse, la frotaba con persistencia, y ...
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