HASTA LA CIMA - SEGUNDA PARTE
Fecha: 25/03/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos
... Wechsler como me habría gustado.
La voz que sonó a mis espaldas era idéntica al tono insólito y profundo que había conocido de Gabriel. No tuve que voltearme para reconocerlo, ni ponerme de pie para recibir su presencia.
—No veo de qué forma podría haberme ido bien —respondí.
—Me da curiosidad —dijo él con propiedad—, ¿por qué piensas eso?
Tomé un sorbo de agua y traté de pensar mi respuesta.
—No es que no lo agradezca —comencé—, desde luego agradezco el apoyo que me ha brindado a costa de Adrián.
Estaba dispuesta a decir muchas cosas, comenzar esa plática que tenía pensada para conseguir un mejor puesto en la empresa. Pero en aquel momento, con Gabriel a mis espaldas, no me apetecía decir ni una palabra. ¿Cómo pensaba quejarme con el jefe de Adrián por hacerme el favor de contratarme? ¿No decían que algo era mejor que nada?
—Por favor, sé que tienes algo que decir —apremió con suavidad—. Sé leer a las personas.
—No es nada —aseguré.
Gabriel suspiró tras de mí.
—Regina, las oportunidades son eventuales —dijo entonces, como si hubiese tenido la oportunidad de leer mi mente—. Perecederas. No las pierdas por conservar un prejuicio que no tiene valor.
Sonreí al escuchar sus palabras, una sonrisa tipo
no he entendido la mayor parte de lo que ha dicho.
El silencio que le siguió a sus palabras fue el suficiente para que Gabriel sintiese la necesidad de explicarse, cosa que agradecí de antemano.
—Así como tienes una obligación de por medio ...
... con Wechsler, Wechsler tiene una responsabilidad contigo. Mi función es saberla ejercer.
Permanecí en silencio un momento más, sopesando sus palabras. Gabriel no parecía la clase de persona cerrada que tuviese mal visto la libre expresión de sus trabajadores, detalle que había dejado bastante claro de una forma realmente sutil. No tenía mucho tiempo para expresar todo lo que tenía en la cabeza, pero para ser sincera, estaba segura de que Jo se las arreglaría mucho mejor sin mí.
—¿Podría tomar asiento aquí, conmigo? —pregunté.
Luego me sentí tonta. ¿Asiento en el borde de un corredor? ¿Asiento conmigo hombro a hombro? Pero no me detuve para retractarme y para mi sorpresa, la respuesta de Gabriel fue una acción. Se sentó a mi lado y colgó los pies como yo, sin ningún tipo de problema o incomodidad en su rostro. Lo único raro de la escena radicó en la presencia de Gabriel. La formalidad de su semblante y la madurez de su persona contrastaba en gran medida con la escena que se desarrollaba alrededor de nosotros, contraste que funcionó para dejarme hablar.
—¿Por qué me contrató como parte del personal de limpieza? —pregunté sin la intención de sonar a la defensiva, al contrario, el tono que tiñó mis palabras fue inexpresivo,
casi
nostálgico.
—El campo laboral dentro de Wechsler es un campo de batalla —respondió sin tener que pensar en la respuesta—. Es complicado colocar a un nuevo elemento sin que los empleados cuestionen el porqué, factor que muchas veces pone ...